sábado, 4 de abril de 2020

Maestro HUA LIN CHIEN - 5


Q u i n t a
S e c c i ó n

La Virtud, Te (teh), es el exponente que más evidencia
el grado en que se ha asimilado el Misterioso Tao.
Porque sin una Virtud manifiesta, el Tao es mera utopía.
El aliento vital de Tao es el Te.
Y sin esta percepción, el Tao es intrascendente.
El preclaro Camino de las Nobles Virtudes,
es la Senda que toda Conciencia Despierta prosigue
en pos de la expresión última del sentido medular de su existencia.
El Tao es como una huella, quien sigue su rumbo no se pierde.
Pero cuando los seres humanos fuerzan la naturaleza y se alejan de la huella,
la calamidad y el desastre son la consecuencia.
El Tao es como una regla,
pues con él se pueden medir todos los actos humanos;
por eso cuando las acciones pierden el Principio de la Virtud,
se derrumba la integridad de la Conciencia elevada.
La Virtud, Te, es el Poder más esclarecido, ya que por este Camino, Tao,
todas las personas alcanzan la felicidad.
Porque la Virtud es una facultad netamente humana que ensalza
el género de una mente superior y un consciente más evolucionado;
entonces, por eso, cuando la Virtud decae
el espíritu humano se corrompe en el submundo de lo bestial.
En cambio, cuando el Te mantiene su Tao,
es imposible que decline la Virtud o la Nobleza del alma.
Pero todo caminante debe saber que las normas de conducta no son Te,
sino apenas una pobre fachada que disfraza lo que verdaderamente encierra.
Asimismo, tampoco hay que confundirse con el otro extremo de la moral,
porque Te no significa infringir y lesionar el sentimiento de los demás.
El Te es la Virtud de quien no necesita atropellar a nadie para desarrollarse,
pero, al mismo tiempo, es la Virtud de quien no se deja condicionar por nadie
en detrimento de su propia centralidad.
Quien no reclama ni alardea ni pretende ni se impone,
y sabe contentarse con lo que le depara cada día,
ese es quien expresa el más alto grado de virtuosidad o Te del Tao.

Cuando el Ser Humano distancia el Tao de su corazón,
entonces todo lo pierde en la ciénaga de la insatisfacción;
porque cuando el ser humano aleja el Tao de su Conciencia,
todo se deteriora,
comenzando por el sentimiento de vida, el cual se torna pesimista.
Porque la Virtud es el contenido del Camino y a su vez,
es el valor que da verdadero sentido al existir.
La Virtud (Te) es el espejo de las leyes naturales de la vida,
por el cual todo ser humano puede reflejar el Don del Cielo,
como símbolo de una Conciencia superior.
La Virtud es el Cuerpo de la Iluminación y el vehículo del Despertar.
Así, quien acepta y se adapta sin resistencia a las leyes naturales de la vida,
y se armoniza con sus principios universales,
sin luchar o desesperar por interferir en el curso natural de los acontecimientos,
se dice que ha logrado traducir y manifestar la Gran Virtud o Te de Tao.
Centralización, Comprensión Indiscriminada,
Ecuanimidad Gozosa, Concientización Subliminal y
Vinculación con lo Esencial,
son los Cinco Factores que conforman la Gran Virtud o Te de Tao.
Claro que esta Gran Virtud no significa una actitud moralista,
sino, antes bien, una cualidad alquímica del Ser.
Tres son los Tesoros que nutren la más Noble Virtud
que enriquece espiritualmente a todo caminante:
Adaptabilidad, Moderación y Naturalidad.
La Adaptabilidad es tomada del Agua,
la Moderación balanceada es tomada del Yin Yang del T´ai Chi,
y la Naturalidad proviene directamente del Tao.
Estos Tres Tesoros o San Pao,
son conducentes a un sentimientos elevado de profunda paz interior.
Adaptabilidad en cuanto a la flexibilidad que desemboca
en la amplitud e integralidad que promueve
el desenvolvimiento del Potencial latente.
Moderación en cuanto a la habilidad para detectar el término medio,
justo y preciso de cada acto y emprendimiento.
Naturalidad en cuanto a la autenticidad, espontaneidad y libertad,
que implica ser uno mismo, fiel a la propia naturaleza.
Y el objetivo de estos Tres Tesoros que entrañan una profunda paz interior,
apunta a disolverse para integrarse con el Todo,
para así poder vivenciar la Unidad en la Multiplicidad,
lo cual depende principalmente
de la suma de los Cinco Factores de la Gran Virtud de Tao;
es decir, depende de una Aceptación Ecuánime de la Vida
con todos sus matices, sin diferenciaciones,
sin grados ni escalas de valores o niveles preferenciales.
Porque todo Caminante de Tao que ha sabido guardar
los Tres Tesoros en su corazón,
ya no lucha contra nada ni contra nadie,
como tampoco entabla guerra consigo mismo.
El ya no pelea con su mente ni contra sus sentimientos,
ni tampoco pelea con su cuerpo ni le interesa cambiar su forma o apariencia,
porque el está de acuerdo con su energía y con su espíritu tal cual son.
Adaptabilidad, Moderación y Naturalidad conducentes a la Gran Paz Interior,
representan el sustrato de todas las virtudes,
que trascienden toda pauta moral o código religioso.
Estos Tres Tesoros son la Médula del pensamiento taoísta,
y poco se parecen a los tres principios del confucianismo o taoísmo religioso
que responden a un mandamiento social, como los tan conocidos principios:
Humildad, Bondad y Rectitud, o Benevolencia, Obediencia y Santidad,
que tan sólo señalan deberes sociales y religiosos.
Antes bien, los Tres Tesoros Taoístas, no religiosos, sino prácticos,
enuncian simplemente los valores esenciales
de la naturaleza humana superior.
Y este Triple Tesoro es la base de la filosofía taoísta sobre la que se inspira
el Feng Liu o Espíritu Libre, también traducido como "Sentimiento Amoroso",
que representa el movimiento incondicionado
que expresa el alma que ha madurado su propia Esencia.
Esta es la particularidad y cualidad del Nuevo Ser,
que ha de gestarse a partir de la cultivación de la esencialidad.
La Virtud de quien ha Despertado se ejercita en el desapego,
y en la independencia de toda necesidad de vínculos sociales,
hasta el amanecer de un nuevo estado interior que palpita
en interdependencia con el Orden Inteligente de la Existencia.
A través de la firme convicción nutrida en las leyes de la naturaleza,
y mediante una plena confianza en la Sabiduría intrínseca del universo,
la Virtud del ser humano de Conciencia evolucionada,
y en término de dicha Conciencia expandida,
refleja nítidamente en su comportamiento honorable las señales del Tao.
Así, el Tao se evidencia en su autenticidad, en su transparencia,
pero sobre todo, es un indicio que se pone de manifiesto
en la Verdad que se encuentra más allá de las palabras,
la cual se plasma únicamente a través de la "Total Entrega"
puesta al servicio del Gran Camino.
Y en este sentido, quien ha Despertado al Camino de caminos,
demuestra con su propio ejemplo que la Virtud de Tao no tiene fisura alguna.

La conducta del ser humano vulgar y ordinario
se rige por la mediocridad, por la inercia,
la decadencia, el menor esfuerzo del desgano, la indiferencia,
el egoísmo, la envidia, los pensamientos chatos y la crítica malsana;
por el contrario, el Ser Humano inspirado en el Despertar de la Conciencia,
actúa conforme a las Nobles Virtudes que reflejan
la presencia del más elevado Te de Tao;
De esta manera actúa con gran sensibilidad,
respeto y humildad ante la Naturaleza, y procede con delicadeza,
con sinceridad, educación, bondad y sapiencia.

En el mundo de los seres humanos
se propaga constantemente una gran confusión,
por la que los débiles pierden su propio centro una y otra vez,
mientras que el sabio aprovecha dicho caos
para profundizar lo esencial más y más.
Porque mientras que el ser humano dormido se resigna
a la contagiosa onda del descontento y la insatisfacción,
el sabio se nutre de la dicha incomparable del crecimiento y de la elevación.
De hecho, la persona que sea incapaz de proyectar la Virtud o Te
por falta de Camino o Tao,
tampoco será capaz de vivenciar el maravilloso estado de serena satisfacción,
que colma la vida con un sentido esencial de
Plenitud y Conciencia desbordante.
Uno de los enemigos mortales de la Virtud es la insensibilidad,
la cual se macera en la frívola superficialidad,
que se alimenta del egocentrismo y la vanidad,
para esgrimir el inescrupuloso desinterés por todo lo demás
que se encuentre fuera de la propia persona.
En cambio, el gran compañero estimulante de la Virtud,
es el acto desinteresado y generoso.
Por lo tanto, toda generosidad expresada hacia todos los seres,
como así también, el comportamiento respetuoso y digno de confianza,
toda palabra inspiradora y constructiva,
y la profunda comprensión acerca del mal que aqueja a los seres humanos,
es propio de quien ha Despertado a la Gran Virtud de Tao.
Es menester comprender que el principal de estos males
no está afuera de uno mismo, como tampoco lo está el máximo bien.
La obsesión es otro de los enemigos más implacables
que destruye la Conciencia del ser humano.
Y otro enemigo es el egoísmo que mata la sensibilidad;
la envidia es otro de los enemigos porque corrompe la felicidad;
y el descontento es un enemigo que incentiva la depresión crónica.
Así, el deseo desmedido arruina la tranquilidad,
por eso todo caminante debe saberse defender de este enemigo.
Pero la ambición, es el peor enemigo,
porque aniquila la espiritualidad.
Justamente, por la ambición muchos han muerto espiritualmente.
De esta manera, con tantos enemigos del Ser Esencial,
es necesario fortalecer al guerrero en la disciplina de la Meditación
que conduce al autoconocimiento.
Porque si no se conoce al enemigo, éste seguramente será el vencedor.
Así, el primer enemigo es la ambición.
La mente no es el problema, porque ella puede ser reorientada.
La materia no es el problema, porque es el templo de la Esencia.
La religión no es el problema,
porque puede ser el puente hacia la verdadera naturaleza.
El Ser, tampoco es el problema, y no hay que enfrentarlo con el no ser,
porque él mismo es ambos a la vez.
El problema es la obsesión.
Y cuando este enemigo se impone todo se deteriora,
y entonces sí la mente es un problema, la materia es un problema,
la religión es un problema y el Ser también lo es;
pero no porque verdaderamente lo sean.
Se trata sólo de la obsesión que todo lo corrompe.

En este sentido, sólo hay un camino para vencer a estos enemigos instalados
dentro de cada uno.
Así, la sensibilidad es el mayor atributo de quien ha despertado,
la permeabilidad es su mejor vestidura,
la centralidad esencial es su espacio inafectado,
y la incondicionalidad es su estado más elevado.
Porque quien ha superado los límites de sus propias estructuras,
es aquel que verdaderamente ha trascendido.
El camino de Tao, es un medio hacia la Trascendencia
de las propia trabas y condicionamientos.
Porque cuando no hay un verdadero Camino, se carece de raíces.
El camino es un rumbo hacia el crecimiento,
porque el verdadero Camino desemboca en el Gran No Camino del Camino.
Pues el No Camino, es el Retorno al Origen.
Regresar a la Fuente primordial mediante el No Camino,
es el fin último de la Existencia de Tao.
Emprender la marcha espiritual por el No Camino,
es lo más significativo en la vida de todo buscador y caminante,
porque a partir de ello todo encaja ni más ni menos que en su respectivo lugar.
Sin embargo, apreciar la magnitud del No Camino,
requiere de una Conciencia Concienciada
amanecida en el florecimiento del Gran Camino
por el que la Conciencia se ha liberado de sí misma.
Esta es la Gran Liberación.
Porque el Olvido del Camino,
es el umbral de la realización más profunda y elevada,
mientras que el Olvido del Olvido,
es en sí mismo, la Realización Suprema de Tao.
De esta manera,
sin este verdadero retorno a lo natural,
que asemeja a la inocencia del niño,
el Tao es una mera cáscara de una fachada prefabricada.
Cuando el Feng Liu desemboca en el Olvido del Olvido,
y se integra el espíritu en un solo sentimiento, único,
en la Conciencia Concienciada de esta vivencia trascendente,
se desentraña uno de los misterios más guardados por la Existencia
que provoca la Iniciación Tao.
Cinco son las Revelaciones de Tao que culminan en dicha Iniciación.
Entrar en este Misterio de misterios es la Ciencia del Hsuan Hsueh,
"la Enseñanza Oscura",
la cual representa la máxima expresión filosófica taoísta
que refleja la Esencia insondable e inescrutable de Tao.
El Feng Liu o movimiento incondicionado
que expresa el alma que ha madurado su propia Esencia,
es la Vía para retornar al Olvido del Olvido Original o Hsuan Hsueh.
Esta es la "Píldora Dorada" para los taoístas alquimistas,
porque supone la Realización humana más trascendente,
la Meta Suprema o Te que señala el Tao.

La Sabiduría del No Saber,
no tiene ninguna correspondencia con la ignorancia,
ni tampoco tiene alguna relación con el conocimiento.
La Sabiduría del No Saber es justamente la Sapiencia Verdadera.
Cuando ya no hay palabras para formular,
cuando el Silencio es la Respuesta,
cuando el Vacío colma y desborda de Plenitud,
y cuando la Quietud se transforma en el Gran Movimiento de Tao,
es porque la Conciencia expansiva se ha transformado en
existencia esencial, la cual es la Unidad de todo cuanto existe.
La Iluminación Taoísta amanece a partir de tres componentes:
la Mente ampliada, los sentimientos extendidos y la Conciencia expandida.
Cuando estos tres componentes constituyen una Unidad indivisible,
recién entonces se trasciende a la cuarta esfera del Ser, conocida como:
Conciencia Concienciada.
La Iluminación Taoísta consiste en una
integración total y absoluta con la Verdadera Naturaleza y
con el estadio superior de la Esencia Interior Cultivada.
Lo que implica previamente,
lograr una armonización Bioenergética y Psíquica,
establecer un reequilibrio de los Campos Magnéticos y sus Tres Tesoros,
que son: la Esencia, el Aliento y el Espíritu,
los que justamente tejen la nueva maya eléctrica y química
para la estructura de un nuevo cuerpo mucho más sutilizado.
El Camino o Tao de la Conciencia Expansiva
avanza siguiendo un recorrido circular,
por lo tanto, quien se descubre a sí mismo,
descubre la Existencia entera.
Quien se autoconoce, entonces conoce lo Esencial.
Porque la Autorrevelación consciente es la verdadera Evolución.
Ya que la auténtica transformación y transmutación,
se gesta en el hondura de la Conciencia.
Sintonizar lo Esencial,
conectarse con lo Esencial,
identificarse con lo Esencial,
fusionarse con lo Esencial, es ser uno con la Armonía.
Y cuando este estado de Armonía se acrecienta, la Conciencia se expande;
y así se vivencia la Paz y la Plenitud incomparables.
Este es un círculo virtuoso incesante.
El espacio donde reside esta Gran Armonía,
que deriva del contacto con lo Esencial,
se encuentra en la profundidad del Ser Humano,
en su propio Centro y Núcleo de Conciencia Despierta.
En este Centro y Núcleo es donde justamente la Existencia infinita
palpita en todo su despliegue, ilimitado e incondicionado,
y es en donde se puede contemplar de manera directa,
la Verdadera Naturaleza Primordial,
que no es otra que la propia Iluminación que alumbra el alma.
De este modo, quien puede mantener circulando esta Luz Interior,
y puede sostener el sentimiento dilatado de la Conciencia expandida,
sin duda alguna, puede sostener con dicha luminosidad al mundo entero.

Muchos esperan a lo largo de la vida que el Tao les de alguna señal,
alguna pista o algún indicio de su existencia.
Pero el Tao permanentemente se anuncia por doquier de infinitas maneras,
y jamás ha dejado de mostrarse.
La dificultad de "Darse Cuenta" se establece cuando aun no se ha despertado
la adecuada sensibilidad y captación.
Es lógico que si se vive dormido, lo esencial pase de largo
y no pueda saborearse la Existencia de Tao.
Un siglo es un pestañar,
y mil años un parpadeo.
Toda la eternidad no es más que un día en la infinita Existencia de Tao,
incondicionada de tiempo,
inafectada de espacio,
emancipada de leyes,
sin necesidad de forma o estructura alguna,
indefinible, inexplicable e inimaginable.
Así, no hay a dónde llegar cuando se acepta que siempre se ha estado
en el núcleo de lo Esencial.
Tao, Existencia y Conciencia,
son sólo Uno.
Y esta Unidad es la Esencia Trascendente de todo cuanto existe.
Y es la Esencial Unidad Trascendente del Tao.
Y cuando son separados comienza la decadencia,
mientras que, cuando se unifican,
se reestablece el Inteligente Orden Natural.
Este es el Principio del Xing Ming,
cuando se trata al Tao del ser humano como Existencia y Conciencia,
o como Destino y Libre Albedrío.

De esta manera, cuando aun no ha vibrado la primera Nota del Tao,
la indiferencia y el desgano son las consecuencias del inadecuado proceder.
Pero cuando aun no ha vibrado la última Nota de Tao,
la Salud y Larga Vida son las consecuencias del adecuado proceder.
Porque la falta de inspiración es como estar perdido en la propia casa,
y cuando la inspiración detecta la magnificencia del Tao,
se enaltece la vida en todos los órdenes.
Asimismo, cuando ya ha vibrado la última Nota del Tao,
entonces no importan ni la longevidad ni la inmortalidad,
sino, únicamente, el momento presente vivido a Conciencia,
lo cual refleja la madurada cultivación de la Esencia.
Así, no hay sitio más seguro y verdadero en la vasta Existencia
que el ámbito de la Conciencia Despierta.
Este es el Te de Tao, por el cual, Lao Tse, compuso el Tao Te King.

Por lo tanto,
cuando se ha visto Aquello Esencial que despunta tras el velo de toda forma,
ya no hay horizonte al que quiera desplegarse el espíritu despierto.
Porque en el Retorno a la propia Fuente de la Nada,
se encuentra el Todo Completo de la Existencia Infinita de Tao.

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