La Trascendencia de
Tao
La Alquimia es un
agente preponderante
dentro de la
Metodología del Taoísmo.
Y entiéndase como
Alquimia Taoísta,
aquella Ciencia
conducente al despertar y desarrollo consciente de la vitalidad,
hasta sublimarla en
un estadio trascendente
donde la Esencia
misma se vuelve un enlace entre el Ser individual
y la Unidad
Existencial.
Por eso,
entenderla, asimilarla y culminarla,
es uno de los
asuntos más trascendentes para todo Taoísta.
Algo que va mucho
más allá de la teoría filosófica,
del entrenamiento
técnico y del dogma religioso.
Así, para dar los
primeros pasos en la Alquimia taoísta,
es necesario
mantenerse despierto, abierto, sensible, presente,
receptivo, atento,
dispuesto y entregado, sin auto erosionarse la Conciencia,
porque este es el
modo de Vivir la Existencia de Tao,
inmerso en el Tao,
en la plenitud de Tao.
En este plano ya no
hay más Ser que la Energía Esencial,
y todo lo demás es
tan sólo un desdoblamiento ilusorio, un vehículo,
que como única
proyección cumple el designio de la auto revelación,
para educir
nuevamente, la verdadera y trascendental Esencia Sublimizada.
Todas las formas
vienen de la Energía Esencial,
todos somos en
Esencia, Energía potencial,
y vamos hacia la
Energía Existencial,
retornando al punto
de origen
para fusionarnos
nuevamente con la Esencia.
Pero hay que
entender que el Ser Esencial no es el ego,
pues éste apenas es
un mero reflejo empañado de la Esencia,
y es el ego el que
teje las innumerables creencias que alejan de la Verdad;
el Ser Esencial,
tampoco es el cuerpo,
pues éste tan sólo
es un instrumento y nada más,
y es el cuerpo el
que acarrea como vehículo todos los vicios del ego;
el Ser no es la
mente, pues ésta simplemente es una proyección,
y es la mente la
que se ocupa de opacar lo Esencial;
el Ser tampoco es
el espíritu, porque éste sólo deviene de la identificación,
y el espíritu
fortalece la individuación separada de la Unidad indivisible;
porque el Ser es
simplemente un estado de Conciencia, despierta o dormida,
y la Conciencia en
sí,
no es otra cosa que
el Umbral previo a la Energía Esencial.
Incluso la
Conciencia Despierta es tan sólo un Portal.
Entonces, Ser
Energía Esencial,
es la sustancia
infinita de Tao,
y esto es lo más
cercano a la cumbre última de la Existencia.
Ser Energía
Esencial, es la plataforma donde se destraba la báscula metafísica,
que sólo mediante
la Alquimia Taoísta fundamentada en la Meditación,
se logra balancear
y equilibrar
para apreciar el
estadio indiferenciado de la Unidad.
El Uno se refleja
como un espejismo sobre Po y Hum,
que son los
aspectos ciego e iluminado del Alma humana.
Por lo cual, Po,
puede manifestar temporalmente luego de la vida corpórea
el ilusorio plano
generado por las creencias mundanas de los mortales;
mientras que Hum,
es capaz de anexar el movimiento perenne
de la inmortalidad
en su vínculo esencial con el sublime Tao.
Por eso, si Po se
robustece en vida,
ya sea con fórmulas
filosóficas, dogmas religiosos o posturas materialistas,
el alma en pena
vaga por la tierra luego de la transición
buscando consuelo
conforme a sus creencias.
Por el contrario,
si Po, el aspecto ciego, se sutiliza con metódica disciplina,
el Alma potencia su
maestría
en beneficio de los
seres humanos aun encarnados.
Pero cuando Hum, el
aspecto iluminado,
se identifica al
desencarnar con su
Verdadera
Naturaleza Primigenia u Original,
retorna
inmediatamente a la Fuente Esencial
de la que nunca se
ha separado, a menos,
por esa ilusión
proveniente de la inconsciencia de Po.
Justamente, es la
dualidad u oposición complementaria la que distancia,
aunque, por otro
lado, es a causa de esta misma dualidad por la que se acerca.
Esta es la física
del Tai Chi basada en el Yin Yang.
Por eso, cuando el
Ego muere, la Esencia se inmortaliza.
De este modo, toda
muerte es un acto de evolución en el Camino
de la
autorrevelación de la Esencia.
Como bien dice
Chuang Tse:
Morir es volver a
ser lo que éramos antes de nacer.
Si la Conciencia se
proyecta por la Senda de las Ocho Direcciones, Pa Kua,
que conducen hacia
su propia autorrevelación Esencial,
se autorrealiza en
el plano metafísico de los Cinco Elementos, Wu Hsing,
que colma el
sentido más profundo de existencia.
Asimismo, la
Espontaneidad, Creatividad y Libertad personal,
o Tzu Jan Feng Liu,
con los Tres Tesoros, San Pao,
nutren la
Conciencia en su vuelo hacia la inmortalidad.
E Inmortalidad, no
es otra cosa para el Taoísmo que trascender
la Suprema
Identificación con la Unidad Esencial Indiferenciada, Wu I.
La cual sólo se
disgrega, aparentemente,
en el juego natural
de la dualidad, Yin Yang.
De aquí se
desprenden los Cinco Métodos de la Meditación Alquímica Taoísta.
Dicho con otras
palabras, comprender y asimilar lo Esencial,
es lo primero y el
objeto cardinal del Sendero Taoísta.
Todas las prácticas
del Arte Taoísta, de la Alquimia Taoísta,
y los fundamentos
de esta Ciencia Integral,
los principios de
su Filosofía Circular,
los misterios de su
Metafísica Vivencial,
incluidos los
valores iniciáticos del Taoísmo Esotérico,
y todo su Sistema,
sea del Norte, Sur, Este, Oeste o Centro,
de Izquierda o
Derecha, del Medio, del Alto o del Bajo,
del Negro o del
Blanco, del Azul y del Rojo, de lo Blanco y lo Amarillo,
están todos
orientados a desentrañar lo Esencial.
Ni más ni menos,
que despertar, activar, desarrollar, direccionar y sublimizar
lo Esencial.
Así, partiendo
desde la Esencia Básica Burda de la Vitalidad
que se procesa en
el Centro Psíquico inferior del
espacio energético
de la Base, Hui Yin,
y pasando por la
Esencia Espiritual Sublimizada de la Conciencia
que se desarrolla
en el Centro Psíquico Superior del
espacio energético
Coronario, Bai Hui,
hasta la formidable
culminación en la Esencia Trascendente,
que procesa el
Despertar o la llamada Iluminación,
que destila la
Suprema Identificación que se disuelve
en la misma Esencia
Existencial de Tao o Unidad Indiferenciada,
todo esto es la
Alquimia Superior de la Esencia conocido también
como el Cultivo
Esencial.
De este modo, dicho
llanamente,
se considera que la
Esencia que pueda Despertar el Ser Humano,
es la misma Fuente
del Tao indiferenciado.
Para ello, la
práctica de la Meditación Alquímica Taoísta, Tao Ch´i Chan´na,
que apunta al
Despertar de la Conciencia mediante
el desenvolvimiento
sutil de los Tres Estadios de la Esencia,
comprende la
profundización vivencial
de Cinco Niveles y
Cinco Métodos experimentales.
En cuanto a los
Cinco Niveles, hay que aclarar que
el primer nivel
consiste en la Introspección,
introspección que
conduce a la Centralización en un segundo nivel,
centralización que
genera e impulsa suma sensibilidad en un tercer nivel,
sensibilidad que
despierta la Conciencia más elevada en un cuarto nivel,
y conciencia que se
identifica con la Esencia Inmortal de Tao,
en un quinto nivel,
para provocar su
propia trascendencia.
Pues, si no se
comprende ni se asimila lo Esencial,
se dice en el
ámbito taoísta que el ser humano vive en vano y
desaprovecha la
invaluable oportunidad de ser consciente.
Por lo tanto,
aunque hay quienes conocen el arte de la medicina taoísta,
si no conocen lo
Esencial, no conocen nada.
Hay quienes tienen
un vasto conocimiento sobre el taoísmo y su filosofía,
y hay quienes son
expertos en las disciplinas del cuerpo,
en las artes
marciales o ciencias de la energía,
pero si no conocen
lo Esencial es como si no supieran nada.
Incluso están los
técnicos y especialistas
que dominan la
teoría de la Alquimia Taoísta y la Meditación,
y están los
maestros que dominan el campo de la religión taoísta y sus dogmas,
pero si no conocen
lo Esencial, no conocen nada.
Se pueden conocer
muchísimas cosas,
se pueden argüir
todas las teorías metafísicas conocidas,
pero si nada se
sabe de lo Esencial,
entonces no se
conoce nada.
Porque el
conocimiento de la Esencia, como bien se dice, es lo Esencial.
Pero aun más
todavía, si se esgrime una tesis de lo Esencial
o si se manipula la
teoría de la Esencia, como una mera fórmula,
y esta información
se confina al fútil campo
de la especulación
discursiva racional,
y no se experimenta
la profunda vivencia transformadora de lo Esencial,
entonces,
igualmente no se conoce nada ni se sabe nada de nada;
por más que se
hable muy bien de la Esencia, sino se la Vive en su
más alto vuelo de
Transformación y Trascendencia,
en verdad, no se
sabe nada.
Porque a la hora de
reencontrarnos nuevamente con la Existencia,
todas las nociones
de la vida, son superfluas.
Porque si la
vivencia no es personal, interna, propia,
y sólo se repiten
de memoria recetas concebidas por otros,
aunque sean dignas
afirmaciones, deshonran al ser humano que las formula.
De esta manera,
aunque el ser humano sea capaz de crear
imponentes súper
sociedades y alcance el máximo confort imaginado,
y aunque se
adjudique en préstamo
el testimonio de
segunda mano sobre los mejores conceptos de la Esencia,
si no conoce por sí
mismo lo Esencial, no tiene nada.
Esta es la Visión
Taoísta del Camino Iniciático de la Alquimia Meditativa
que toda alma debe
transitar hasta la autorrevelación de su Ser Esencial.
Por esto mismo,
la Metodología
Pedagógica Taoísta se inspira en Cinco Métodos
para el
autoconocimiento del potencial latente,
que conlleva a la
misma esencialidad.
Pues toda
Conciencia acuna en su propio cogollo, la Fuerza que gesta
la Sublimación y
Trascendencia que vincula con el Estado Anterior,
con la Fuente
Primigenia y con la Verdadera Naturaleza Esencial.
No obstante, hay
quienes ante la imposibilidad de vivenciar
la Alquimia
Meditativa o Meditación Alquímica,
prefieren
argumentar que es todo mentira o falso.
Porque cuando algo
no se puede experimentar suceden dos cosas,
o se lo cree
ciegamente sin cuestionar, o se opta por el bajo recurso
de la desacreditación
que disimula la propia ignorancia.
Pero hay quienes
están un poco más evolucionados o
simplemente son
experimentadores con más alcance,
que consideran
incluso a la exposición más refinada y acertada
sobre los procesos
de la Alquimia,
como poca cosa ante
la magnanimidad real de la vivencia personal.
De este modo,
mientras unos descalifican la Sabiduría de la Alquimia Interior,
otros creen
ciegamente en sus principios, pero otros, en cambio,
afirman que ninguna
teoría alcanza para revelar su más profunda realidad.
Por eso, el
principio que apunta a que en cada uno despierte
su propio Maestro
Interior, es la propuesta primordial del Taoísmo,
a fin de que cada
uno sepa que al dar los primeros pasos
por el Camino de la
Alquimia, sólo cuenta la vivencia personal.
A partir de ello,
toda mínima referencia, toda sutil señal,
entonces sí es
suficiente para incentivar la propia captación
del inmenso
horizonte de lo Esencial que es la Unidad Indiferenciada o Wu I.
Entonces, despertar
el propio Maestro Interior es el primer paso,
ya que dentro de
cada uno se hallan las raíces de Tao Existencial.
Pues, cuando el
tiempo es el más adecuado, cada uno Despierta por sí solo.
Aceptar lo que la
Vida es, aceptar lo que las cosas son,
y aceptar lo que
los seres humanos somos, hacemos y podemos realizar,
constituye el don
de la Conciencia expansiva.
Porque cuando el
Maestro Interior ha Despertado,
se acepta la
Existencia y el Tao, tal como son, tal cual su misterio intrínseco,
y de este modo, sin
más,
se refleja la
Naturaleza Superior de todo lo manifiesto en su pura Esencia.
Estar consciente
del Camino y de su Esencia momento a momento,
es la mayor proeza
que pueda efectuar todo alquimista meditador.
Todo lo demás es
circunstancial.
Porque, si así no
se lo siente o no se lo considera,
la verdadera
realización humana se dilapida en un laberinto de propósitos
que socavan el quid
de la conciencia iluminada,
que finalmente
termina empañando lo hermoso de la vida.
Pues, sin una profunda
atención puesta en el Camino conducente
hacia lo
Indiferenciado,
se desvanece todo
autoconocimiento
y toda realización
de la Esencia primordial.
En cuanto a los
Cinco Métodos, hay que aclarar que
la Metodología
Pedagógica Taoísta,
se basa en Cinco
Procedimientos Básicos y en Cinco Complementarios
para señalar el
rumbo hacia el apogeo de la Conciencia.
Todo esto se resume
en el Taochi Shench´iching o
Camino Energético
de la PsicoEnergíaVital.
Los Cinco
Procedimientos Básicos son conocidos como el Método del Tres,
del Dos, del Ocho,
del Cinco y el Método del Uno.
El Orden alude al
desenvolvimiento de la Verdadera Naturaleza humana
que amanece
gradualmente en la Esencia o Unidad Indiferenciada,
mientras que el
Orden invertido representa la Cosmogonía del Universo
que deviene del Uno
para extenderse en la vasta multiplicidad del Ser.
Sin este
Conocimiento no puede decirse que el Caminante de Tao
sepa algo acerca
del taoísmo.
Pues, estos Cinco
Métodos
hacen referencia a
los esquemas teóricos conocidos como:
los Tres Tesoros o
Tres Palacios, San Pao,
las Dos Polaridades
o Dos Potencias, Yin Yang del Taichi,
las Ocho
Direcciones u Ocho Fuerzas, Pa Kua,
los Cinco Elementos
o Cinco Esencias, Wu Hsing (Wuxing),
y el Uno o Unidad,
conocida en su triple aspecto como:
Unidad Espiritual,
Shen I (Shen i),
Unidad Existencial,
Tao I (Dao i),
Unidad
Indiferenciada, Wu I (Wu i).
Por lo tanto, el
Alquimista Meditador que puede desenvolver
los Cinco Métodos y
logra desentrañar sus claves inherentes,
mediante un
Programa Integral, minucioso y detallado,
se acerca un poco
más a la maduración de lo Esencial;
y quien alcanza a
dilucidar la señalización de las leyes intrínsecas
en los Cinco
Métodos Wu Kung (wu gong),
llega a vislumbrar
el florecimiento de su propia Esencia
que se proyecta
hacia la esencialidad misma del Tao Esencial.
Por otro lado, las
Cinco artes y ciencias adicionales
a estos Cinco
Métodos, conocidos como Cinco Complementarios,
no menos
importantes, se agrupan dentro del esquema de los
Cinco
Procedimientos Suplementarios, los cuales son:
los Diez Troncos
Celestes,
Jia, Yi, Pien,
Ding, Wuh, Ji, Geng, Hsin, Ren y Quei;
las Doce Ramas
Terrestres,
Hai, Tse, Ein, Mao,
Sze, Wu, Shen, Yu, Chen, Shu, Chui, y Wei;
las Veintiocho
Constelaciones, los Sesenta Ciclos,
y los Sesenta y
Cuatro Hexagramas.
Todos estos
Procedimientos Suplementarios son
las bases del
Conocimiento superior de las antiguas materias taoístas.
No obstante, para
la realización alquímica es más que suficiente
con saber y
comprender los Cinco Métodos Principales,
de los Cinco
Procedimientos Básicos, a saber:
El Primero es el
Método del 3.
El Método del Tres
consiste en hacerse consciente de los Tres Palacios,
y a su vez,
extender toda su potencia contenida
en forma de tres
poderes atesorados,
los cuales
constituyen la estructura del Ser.
Estos son los
Palacios, Celestial, Tien, Terrestre, Kun, y Humano, Jen,
que guardan en sí,
los Tesoros Ching, Ch´i y Shen,
o Vitalidad,
Aliento y Espíritu.
Por la que se
implanta la Fuerza Generativa, la Reparación Medular
y el
Rejuvenecimiento Cerebral.
También
considerados como el Magnetismo, la Electricidad y el Psiquismo
que componen tanto
la Bioenergía humana como la
Energía Cósmica y
Espiritual.
También representan
en el Ser, los Meridianos Principales,
los Vasos
Maravillosos y los Centros Psíquicos de Energía;
los que conforman
el Cuerpo Energético, el Cuerpo Psíquico y el Alma,
o también conocidos
como el Cuerpo Etérico, el Cuerpo Astral y
el Cuerpo Causal o
Conciencia.
Son los tres
eslabones más conocidos como Cuerpo, Mente y Espíritu,
y sus tres
patrimonios son denominados
Adaptabilidad,
Moderación, y Naturalidad, conducentes a la Paz.
A partir de este
Método se alcanzan las Tres Perfecciones planteadas como:
la Plenitud del
Ching, la Suficiencia del Ch´i y la Prosperidad del Shen,
mediante, claro
está, la limpieza y purificación, Mu Yu, de la Esencia Básica.
A estos Tres
Palacios, en el Brahmanismo se los han llamado Trimurti,
la cual se compone
de Brahma, Vishnu y Shiva,
que representan las
Fuerzas,
Creadora,
Preservadora y Destructora del Universo.
Por ello le
corresponden tres estados, relativos a cada Palacio,
siendo éstos Sat
Chit Ananda, o Existencia, Inteligencia y Bienaventuranza,
también traducidos
como Verdad, Conciencia y Beatitud.
Equiparándose a las
Tres Realizaciones superiores
que se procesan en
cada uno de los Tan Tien:Silencio, Vacío y Quietud.
Al mismo tiempo,
son los Tres Factores del Tao Humano que constituyen
la última
realización alquímica, siendo estos:
Vida, Conciencia y
Trascendencia.
Son el Bhur,
Bhuvah, Svaha, la Tierra, el Espacio Atmosférico y el Cielo.
“La Bella de las
Tres Ciudades”, Tripurasundri.
En el cristianismo
le dicen Trinidad,
la cual está
compuesta por el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo, o bien,
como anunció ser el
Cristo:El Camino, la Verdad y la Vida;
el Camino (Tao) en
el Palacio Celestial, la Verdad en el Palacio Humano,
y la Vida en el
Palacio Terrestre.
Los taoístas mencionan
a las Tres Familias o San Chia:
Cuerpo, Corazón y
Pensamiento, o Bioenergía, Sentimiento y Psiquismo.
En el Budismo
hablan de Triloka o Tribhuvana,
los Tres Mundos que
son, Cielo, Tierra e Infierno,
o Trikaya, los Tres
Cuerpos, el Terreno, el Mental y el Divino.
En el Taoísmo
simplemente se le dice: San, o sencillamente Tres,
o San Pao, los Tres
Tesoros.
Y estos Tres
Tesoros que están contenidos en los Tres Palacios
simbolizan los Tres
Niveles Taoístas de Iluminación,
que,
alegóricamente, son los respectivos espacios de los Tres Puros,
tocantes al Ser del
Estado sin Límites del Palacio Celestial,
al Ser del Espíritu
Precioso del Palacio Medio,
y al Ser de la
Virtud Imponderable del Palacio Terrestre.
Comprender estos
tres planos o estadios del Ser, campos o mundos,
de universo
microcósmico,
es el primer paso
en la Alquimia Interior.
El Segundo es el
Método del 2.
El Método del Dos
se relaciona con dos grandes Potencias Universales,
simbolizados por la
Madre y el Padre, el Yin Yang, Yo - In o in ian,
lo Negativo y
Positivo.
Son las Polaridades
que dan origen
a los Tres Palacios
anteriormente comentados,
conformando un Mapa
Psíquico de las corrientes bioenergéticas,
el cual detalla el
movimiento ascendente y descendente,
centrífugo y centrípeto,
expansivo y contractivo.
También conforman
el Mapa Energético del cuerpo físico,
determinando las
diferentes polaridades atribuidas a lo que está arriba y abajo,
derecha e
izquierda, adelante y atrás, adentro y afuera.
Por supuesto que
las Dos Polaridades redundan en la
Teoría de la
Interacción Armónica entre los Opuestos Complementarios,
como ser, el sí y
el no conjugados, y lo bueno y lo malo no categóricos;
es decir, sí y no o
bueno y malo, también como, ni sí ni no o ni bueno ni malo,
o, el sí que tiene
algo de no o lo bueno que tiene algo de malo, y viceversa.
Y la muy
cuestionada interpretación que se focaliza en el
sí o no, bueno o
malo, que intenta pervertir la Complementariedad,
fracasando al
comprender que el sí existe gracias al no,
y lo bueno gracias
a lo malo, y viceversa.
Alquímicamente, el
Método del Dos se refiere
a la Triple
Dualidad del Blanco y Negro,
Rojo y Azul,
Amarillo y Blanco;
también conocido
como Norte y Sur, Fuego y Agua, Tigre y Dragón.
Polaridades que
finalmente se resumen
en la Inhalación y
la Exhalación Alquímica,
que asciende y
desciende conforme al movimiento de la dualidad.
A partir de este
Método se comprende el más preciado Secreto Taoísta,
que dice:
la hábil maestría
sobre el Yin Yang sostenida en la palma de la mano.
Sobre este concepto
de dualidad se basa la teoría Taoísta de la
Doble Alma Po y
Hum, el aspecto Ciego y Luminoso o Terrestre y Celeste;
la teoría de la
Doble Herencia, Xing Ming, Destino y Vida;
la teoría de la
Doble Naturaleza, la Superior y la inferior;
la teoría de la
Doble Mente, la Elevada y la Limitada.
El Tercero es el
Método del 8.
El Método del Ocho
fundamentado principalmente,
en el Circuito
Psíquico Alquímico, en el Circuito Psíquico del Canal Central,
en el Circuito
Psíquico Tubular, en el Circuito Mayor, en el Circuito Lateral,
y en el Circuito
Psíquico Menor, Hsiao Chou Tien, o Rueda Líquida, Ho Che,
también conocido
como órbita microcosmica o curso de la corriente espiritual.
Porque, sobre este
Circuito Menor
se encuentran
grabado, en el Cuerpo Psíquico,
los ocho centros de
energías u ocho pequeñas espirales radiantes
que procesan la
Bioenergía atómica del Ch´i en un plano más sutil.
Los Ocho Centros
Psíquicos destacados, son:
Primero, Tsu Chiao
(Zuqiao) en el entrecejo,
también conocido
como Yin Tang o
Puerta de Adelante,
siendo ésta la proyección hacia el futuro;
es la Puerta del
Nuevo Ser, del Nuevo Nacimiento.
Segundo, Zhar Zhor
(Zhanzhong) en el medio del pecho,
conocido como Puerta
del Aliento;
este es el sitio
donde reside el Ch´i Maestro.
Tercero, Chi Hai o
Mar de la Energía, situado debajo del ombligo,
también conocido
como Puerta de la Píldora de Oro;
aquí se halla la
Morada Amarilla conocida como Huang Ting,
donde se encuentra
la caverna del Dragón y el Gran Caldero.
Cuarto, Hui Yin,
localizado en el centro base o perineo;
conocido también
como Puerta de la Tierra.
Quinto, Ming Men,
ubicado entre los riñones
y conocido como
Puerta de la Vida.
Sexto, Chia Chia
(Jiaji) emplazado un poco antes de llegar
a la zona enmarcada
entre los omóplatos;
conocido también
como Chen, el Ministro, o Shen Tao,
el Camino de los
Dioses;
esta es la tan
practicada Puerta del Justo Medio de Tao.
Séptimo, Feng Fu, situado
en la zona de la nuca, significa Almacén del Viento,
y es conocido como
Puerta de Atrás, siendo ésta la proyección hacia el pasado;
es la Puerta de los
Ancestros, y de la Sabiduría Cósmica.
Y séptimo, Bai Hui,
abierto en el centro coronario,
conocido como She,
el Embajador, o Ni Wan,
dónde se hospeda el
cerebro superior Sai Hai o Tzu Fu, Palacio Celestial;
éste representa la
Puerta del Cielo.
Los Ocho Centros
Psíquicos son considerados Ocho Fuerzas o Pa Kua,
por eso están
simbolizados por ocho Trigramas,
que en su nombre
iniciático son:
Lago, Tui, en la
frente; Fuego, Li, en el pecho;
Trueno, Chen, en el
bajo vientre; Tierra, Ti / Kun, en el Centro Base;
Montaña, Ken, en el
inicio de la columna vertebral;
Agua, Kan, en la
espalda; Viento, Sun, en la nuca;
y Cielo, Chien /
Tien, en el Centro Coronario.
Representado en el
Orden Pre Celeste del I Ching, y,
en contraposición
al Orden Post Celeste del Feng Shui.
No obstante, otros
Ocho Centros secundarios pero de igual magnitud,
en cuanto al
proceso alquímico respecta, son:
El primero, Wei Lu
o Chang Qiang, conocido como Jun, el Soberano,
y es la Puerta del
Gran Poder, la cual se ubica en el cóccix.
El segundo, Shan
Tien ubicado en la pelvis y más relacionado
con la energía
sexual.
El tercero, Tian Tu
en la garganta y está asociado con la
sublimación de la
energía sexual.
El cuarto, Yu Chen
(Yuzhen), considerado el Cabezal o Almohada de Jade,
donde se encuentra
Zuo, el Secretario, ubicado en la séptima cervical;
y es aquí donde se establece
la unión entre el cuerpo físico y el espíritu.
El quinto, Yung
Chuan, las raíces desde donde se absorbe la energía curativa.
El sexto, Lao Kung,
las ventanas por donde se proyecta la energía sanadora.
El séptimo, los dos
Calderos u Hornos Ting, Tan Tien, o Campos de Cinabrio,
ubicados en los
respectivos centros del Palacio Terrestre y Celeste.
El octavo, es
justamente el centro medio del Canal Central,
que es bien
conocido como el Caldero del Palacio Humano, o también,
como el Noveno
Centro Psíquico Regenerador, el eje de la Rueda Hidráulica.
Y desarrollado de
modo práctico como el Gran Circuito Psíquico Tubular.
Mediante el Método
de los Ocho se pone en evidencia
el Xing Ming Shuan
Xiu,
cuyo significado
es:
el Espíritu y el
Cuerpo son dos entidades
que necesitan
vincularse psíquicamente.
Por eso en el
Taoísmo, el Pa Kua, además de los centros alquímicos, también
representan las
Ocho Direcciones
que todo aspirante
a la iniciación debe recorrer.
Sintéticamente se
puede distinguir a estas Ocho Direcciones como:
la realización a
través de la Vía del Cuerpo psicofísico, Wu Shu Tao.
la realización a
través de la Vía de la Energía Psíquica, Nei Kung Tao,
la realización a
través de la Vía de la Actitud Virtuosa, Feng Liu Tao,
la realización a
través de la Vía de la Comprensión Inspirada,
Hsuan Hsueh Tao,
la realización a
través de la Vía de la Relación Alquímica, Shen Hsien Tao,
la realización a
través de la Vía de la Acción Concordante, Wu Wei Tao,
la realización a
través de la Vía de la Naturaleza Superior, Ching Seng Li Tao,
la realización a
través de la Vía de la Conciencia Original, Yuan Chueh Tao,
las cuales alcanzan
su culminación
en el estado de la
Mente Superior Hsin Tsung,
centrada en el Wu
Nien, no pensamiento.
El Cuarto es el
Método del 5.
El Método del
Cinco, se relaciona estrictamente con los Cinco Elementos
y constituye el
pilar de las Ocho Fuerzas,
representando en sí
mismo las Cinco Esencias de la Naturaleza,
también conocido
como Cinco Actividades.
Estos Cinco
Elementos son en su nomenclatura corriente:
la Tierra, T´u, el
Metal, Chin, el Agua, Shui, la Madera, Mu, y el Fuego, Juo.
Psíquicamente
hablando, los Cinco Elementos están asociados con:
la Madera, y en
este caso es el espíritu, el Shen, la inspiración,
la clarividencia y
el enojo, entre otras cualidades.
El Fuego es el
alma, la aspiración, la clariaudiencia, y la alegría.
La Tierra es la
Mente, el intelecto, la percepción del sabor y la comprensión.
El Metal es el
hálito vital, la percepción olfativa, la ambición y el pesar.
Y el quinto
Elemento, el Agua, es la esencia, la fuerza física,
la percepción
táctil, y el temor, entre otros.
Pero los Cinco
Elementos también ejercen una gran incidencia orgánica,
por ejemplo, la
Madera rige sobre el hígado,
encargándose de los
músculos y tejidos, y además, fortalece al Fuego.
El Fuego, a su vez,
rige sobre el corazón,
encargándose de las
arterias y la textura del cuerpo, y nutre a la Tierra.
La Tierra rige
sobre el bazo,
encargándose de la
carne, y da fuerza suplementaria al Metal.
El Metal rige sobre
los pulmones,
encargándose de la
piel y el cabello,
y sella un círculo
energético que refuerza al Agua.
Y el Agua,
finalmente, rige sobre los riñones,
encargándose de los
huesos y las uñas,
y sustenta el
funcionamiento de la Madera,
completando así un
ciclo y volviéndolo a empezar una y otra vez.
No obstante, esta
incidencia orgánica se produce porque, previamente,
se establece una
cierta tasa vibratoria que opera desde el plano energético,
conocido como la
Esfera de reacciones Psicosomáticas,
que reordena o
desarma desde la dimensión psíquica,
conforme a los
desequilibrios o al grado de armonía.
Por lo tanto,
mediante el Método del Cinco,
es posible
armonizarlos desde un estado de Conciencia,
ya que desde la
inconsciencia tienden naturalmente a desnivelarse.
Los Cinco Elementos
son las características de las sustancias etéricas básicas
que conforman las
Ocho Fuerzas del Ser, ya mencionadas.
De esta manera, si
se pierde el balance armonioso
de los Cinco
Elementos se desencadenan innumerables desequilibrios
que terminan
desmoronando a las Ocho Fuerzas;
por el contrario,
si se preserva su adecuada interacción
mediante el
conocimiento correspondiente,
se logra la sublime
maduración de la Esencia Trascendente,
y así, el Ser
Humano despierta capacidades y dones latentes
que le retribuyen
grandes beneficios.
La elevación hacia
la cumbre bioenergética
se produce cuando
el alquimista entiende el modo
de unificar los
Cinco Elementos en la misma orientación verticalizada.
Y cuando además, ha
logrado asimilar la fusión y consigue amalgamar
las Cinco Esencias
conducentes a un nuevo estado,
donde los Cinco
Elementos y las Ocho Fuerzas
se desdoblan en una
apertura de Conciencia metafísica.
En este punto, es
necesario reconocer que los Cinco Elementos
participan de una
condición en común:la "Onda";
más conocida por
los Taoístas como la Teoría Ondular, que parte desde
el Método del Tres,
se extiende por el Método del Dos,
se ajusta mediante
el Método del Ocho,
se expresa mediante
el Método del Cinco,
y finalmente, se
sublimiza hasta su misma trascendencia
con el Método del
Uno.
Por lo tanto, la
Onda es la cualidad que unifica los Cinco Elementos.
Por ejemplo, el
Agua se mueve en ondas,
y la madera tiene
anillos u ondas más concretas,
la Tierra tiene
capas que también son ondas más concretas,
el Fuego se
manifiesta en halos de luz de diferentes colores,
y el Metal cuando
rechina se oye gracias a las ondas que emite.
Así, la Onda es el
Elemento número Seis que trasciende al Wu Hsin, o bien,
es la Novena Fuerza
expansiva que trasciende al Pa Kua,
y esta nueva Fuerza
(9) o nuevo Elemento (6),
es el Umbral más
cercano a los Portales del Uno,
la cual logra
manifestar alquímicamente el Meditador taoísta.
Claro queefectuar
este Arte no es tan sencillo,
pues requiere de
una práctica constante
hasta alcanzar la
maduración psíquica del Cultivo de la Esencia,
que en sí se trata
de la esencialidad de los Cinco Elementos.
Dicho de otro modo,
cuando el cuerpo, la energía, los sentimientos,
la mente y el
espíritu alcanzan la Onda Trascendente que brota de Tao,
la Conciencia se
Ilumina, el Ser Resplandece y el Psiquismo
se eleva a la
cumbre de la vivencia subliminal.
Pues hay que tener
en cuenta que,
los Cinco Elementos
son Poderes y la Onda es un Logro mayor,
pero no estamos
refiriéndonos a cualquier onda,
sino aquella onda
especial que se ha impulsado alquímicamente
para seguir el
movimiento ascendente de la Conciencia Concienciada
del Wu Hsing de
Huang Ti, a lo largo
del Pa Kua
Interior, o Sien Tien de Fu Shi del Orden Pre Celeste u Anterior.
Ahora bien,
Alquímicamente hablando,
y en tanto nos
refiramos al aspecto esencial,
los Cinco Elementos
se procesan de la siguiente manera:
Primero:
El Aliento Yin acentuado
mediante la Respiración Dura, para conducir el
Fuego de la Mente
(Ni Wan) hacia la Tierra del Bajo Vientre (Chi Hai).
Y el Aliento Yin
acentuado, para conducir el
Fuego del Corazón
(Hsin – Zhar Zhor)
también hacia la
Tierra del Bajo Vientre.
Y utilizando la
Respiración con Boca Abierta
para efectuar una
gran condensación.
Es la etapa Humana
para la centralización y el apaciguamiento.
Es la Reunión del
Ching, Ch´i y Shen.
Conforme al Wu
Hsing, aquí el Fuego Burdo da origen a la Tierra.
Segundo:
El Movimiento Yin
Yang de la Tierra con Respiración Pre Natal,
para producir el
Metal o la Esencia Básica y activar el Ching.
La Respiración
Fuelle y sonora
para depurar el
Ch´i y sobre desarrollar el Ching.
Es la etapa
Terrestre para la fundación de las bases,
la afirmación y la
predisposición.
Es la
Multiplicación del Ching, Ch´i y Shen.
Conforme al Wu
Hsing, aquí la Tierra da origen al Metal.
Tercero:
El Aliento Yang
acentuado mediante la Respiración Blanda para producir
el Agua de los
Riñones y ocasionar su evaporación y ascenso al plano celestial.
El Aliento Yang que
transporta la Esencia Básica de Vida
retrotrayéndola en
su movimiento evolutivo.
Es la etapa
Terrestre para el desarrollo de la vitalidad.
Es la Sublimación
del Ching.
Conforme al Wu
Hsing, aquí el Metal da origen al Agua.
Cuarto:
El Aliento
Conducido (Respiración Visualizada) para la canalización de las
sensaciones Yin
Yang que dan Luz (nacimiento) al Circuito Psíquico.
Vinculación de los
Canales Psíquicos de descenso Yin (Ren Mo) ya activados
con los Canales
Psíquicos de ascenso Yang (Tu Mo).
Para Establecer el
Desfiladero de Árboles y la red de Lianas Colgantes.
Es la etapa
Celestial para el fortalecimiento del
sistema
inmunológico o Cuerpo Psíquico.
Es la Sublimación
del Ch´i.
Conforme al Wu
Hsing, aquí el Agua da origen a la Madera.
Quinto:
El Aliento Sutil
(Respiración Silenciosa o imperceptible)
alcanza la Vacuidad
y la Quietud Absoluta
del Gran Movimiento
sin Principio ni Fin.
También puede
interpretarse a la Madera como los dos Trigramas del I Ching
en cuanto al Pa
Kua, que son:
Madera Yang
correspondiente al Trueno
y Madera Yin
correspondiente al Viento,
así el Viento se
aloja en Feng Fu, la nuca,
donde debe
conducirse al Aliento sutil.
Es la etapa final,
previa a la
culminación Celestial de la Armonización del Shen.
Es la Sublimación
del Shen.
Conforme al Wu
Hsing, aquí la Madera da origen al Fuego Subliminal.
A partir de esto,
el Fuego del Centro Coronario Bai Hui,
vuelve a producir
la Tierra de Hui Yin;
y así el ciclo se
reitera una y otra vez.
Este es el Gran
Circuito Psíquico Menor visto a través de los Cinco Elementos.
El Quinto es el
Método del 1.
Finalmente, el
último estudio corresponde al Método del Uno,
el cual constituye
el pináculo de la Metodología Pedagógica Taoísta para
el encumbramiento
del Ser Esencial.
Este Método es el
más difícil de describir, por no decir casi imposible,
pues justamente su
realización y vivencia más trascendente
se enraíza en una
dimensión no verbal ni racional, donde
se desvanece todo
concepto.
De aquí, lo inútil
que es intentar explicarlo.
El Método del Uno,
como Unidad, como Fusión, como Trascendencia,
como Integración,
como Inmortalidad o como Tao mismo,
es la materia más escurridiza
que cuenta el Sendero Taoísta,
sin embargo, es lo
que cada Ser es potencialmente, mucho antes de nacer,
y por eso es,
justamente, lo que no hay que alcanzar,
porque ya se tiene
antes que todo lo demás, puesto que,
se trata de la
misma Esencia Existencial de todo cuanto existe manifiesto.
Por ejemplo, la
Energía Sexual es uno de los pilares
de la Filosofía y
Alquimia Taoísta,
la cual debe ser
activada, canalizada y sublimizada.
Es la Piedra
Angular del Alquimista, y es la Piedra Filosofal de todo buscador.
Es la materia prima
que mezclándola en el alambique interno inferior,
da impulso renovado
a la Energía Mental, la cual si es bien dirigida,
da Poder a la
Energía Espiritual, para dar Luz al Nuevo Ser
que se expresa más
allá de las capas del ego, de la ignorancia y de la oscuridad
a la cual se ven
sometidos todos los mortales.
De esta manera,
como parte fundamental pero inicial
en el Camino de la
Alquimia,
se aprende el Arte
y la Ciencia de la Respiración Consciente para regular
los flujos y
reflujos del Ch´i relativo a la Energía Sexual o Esencia básica
que sustenta la
expansión de la Conciencia.
A esta práctica se
le suma el ejercicio psicofísico para la sincronización
que mantiene
activos los hemisferios cerebrales en un armónico balance,
de modo que el
segundo campo de Energía, la Mente,
se encuentre en un
estado óptimo conforme a su Naturaleza Superior.
El siguiente paso
corresponde al Estado de Copulación Interior Yin Yang
que precede o
antecede al desarrollo de las sensaciones canalizadas
por los Circuitos
Psíquicos, y,
a la percepción del
Pulso Cardíaco de la Longevidad.
De esta manera,
luego de que ha
madurado la Fuerza implosiva del Latido Psíquico,
el cual ha sido
verticalizado por el Canal Psíquico ascendente
hasta el estado de
Plenitud,
se verifica en el
Pulso Cardíaco de la Longevidad,
que a su vez se
manifiesta en la Copulación Interior Yin Yang,
entonces sí, sólo
resta aguardar para presenciar el amanecer del Elixir Áureo.
Este Elixir Áureo
se produce en el tercer campo de la Energía Espiritual,
lo cual prepara
para la compenetración con la Esencialidad de la Esencia.
El Latido Psíquico
es una contracción del perineo
que retrae el
diafragma urogenital;
más precisamente,
es un movimiento energético del Centro Psíquico Hui Yin,
que genera una
implosión y una onda expansiva ascendente,
generando el
desborde del Caldero Ting, ubicado en el bajo vientre;
consecuencia que
indefectiblemente desencadena la elevación
de la Esencia Básica
de la Vitalidad y por supuesto de la Energía sexual,
que asciende por la
columna vertebral regenerando
una nueva Energía
bien rejuvenecida.
El Circuito
Psíquico Menor,
corresponde a una
Rueda u Órbita dentro del cuerpo,
relacionado muy
estrechamente con el Cuerpo Psíquico del Ser.
Dicho Circuito
Psíquico Menor cubre en sus trescientos sesenta grados
los Tres Campos
Magnéticos.
Su Polaridad
Positiva se ajusta al Vaso Maravilloso Gobernador o
de Control, Tu Mo,
alineado con la espina dorsal;
y su Polaridad
Negativa se ajusta al Vaso Maravilloso Concepción o
de Función, Ren Mo,
alineado con el frente del cuerpo.
El movimiento
energético a lo largo de este Circuito Psíquico,
impulsa la
sublimación la Esencia Básica de la Vitalidad,
lo que permite una
nueva Dimensión de Conciencia Espiritual.
Cuando el Círculo
Luminoso alcanza la Unidad,
recién entonces se
puede empezar a hablar del Método del Uno o Tao.
Sólo a partir de
ahora, entendiendo previamente todo lo anterior,
puede hacerse
referencia al Método del Uno.
Esto depende de la
vivencia experimental que surge
del Conocimiento
Perfecto, conocido como Yuan Ming,
acerca del Océano
de la Naturaleza Esencial, Hsin Hai,
que desemboca en el
Wu Chi Tao, lo infundamentado.O sea, el Uno.
En otras palabras,
al dirigir la Energía Curativa por todo el cuerpo
mediante el
Circuito Psíquico Menor,
se produce una gran
sensación de bienestar y plenitud;
por eso es que al
espíritu que la nutre se le llama Feng Liu.
Es decir,
con la misma Esfera
de Luz u Ola Energética que atraviesa el Circuito,
se visualiza una
sonrisa expansiva
que se almacena en
todos los órganos vitales,
y en todos los
centros psíquicos,
hasta que inunda
cada célula con una alegría energizante y revitalizadora,
que desborda por
cada poro de la piel.
Efecto conocido con
el nombre de Respiración Celular.
Le sigue un
profundo sentimiento de paz y armonía que se desenlaza
en los Tres
Palacios hasta la cumbre de una refinada tasa vibratoria,
que provoca un
estado de Conciencia elevada
e incentiva el amor
por la vida y por el momento presente.
De este modo,
cuando se ha
henchido cada uno de los Contenedores o Calderos,
y cuando ha
rebalsado el Ch´i de la Vitalidad,
comienza a circular
el Aliento Sutil o Hálito Psíquico
por los pasajes que
sublimizan la naturaleza burda; de este modo,
se educe la
Naturaleza Primordial o Conciencia Original, Yuan Chueh,
del Estado
Original, Hon´u.
Y cuando esto
sucede, Despierta el Alma todo su potencial latente
para formar su
Cuerpo Esencial, Fa Shen,
que es el vehículo
para poder gestar el embrión del Espíritu Inmortal.
Esta experiencia
superior o vivencia metafísica en uno mismo,
es considerada un
estado paranormal que conlleva una dicha incomparable,
que se reconoce
también como la plenitud o satisfacción total,
equivalente a una
armonía extraordinaria.
Este es el Tao del
Taoísmo, es el Michi, pero aun más allá, es Hishiryo,
también conocido
como el Ju, Kiao, Satori, Samadhi, Baraka, Epifanía,
no importa cómo se
le llame, es el gran alumbramiento del Alma,
es el Despertar, la
Iluminación.
En este estado la
Esencia ascendida alcanza la Unidad del Uno.
En esta cumbre
inigualable se desarrolla el extracto último de lo Esencial,
es la fase final de
la Alquimia Taoísta, el último peldaño de la filosofía de Tao,
el postrimer umbral
de la auto Realización, y el ápice del auto Conocimiento.
Y es justamente en
este estadio tan subliminal,
que existe la
posibilidad
de poner en
manifiesto, rotundamente,
el factor de la
desidentificación.
Sin esta
desidentificación es imposible comprender vivencialmente
el profundo
significado del Método del Uno,
puesto que sin
ella, es imposible alcanzar,
no sólo la Unidad
de los Cinco Métodos,
sino su Esencia
Trascendente.
Si no es factible
experimentar la desidentificación,
entonces se desmorona
el valor
trascendente de asimilar la Esencia misma de Tao.
Cabe aclarar que
decir desidentificación equivale a decir:
No Reconocimiento.
Entonces es
imperioso experimentar a fondo
el No
Reconocimiento o la desidentificación
para así ir más
allá de la Unidad
y hacerse Uno con
la Esencia culminante de Tao.
De esta manera, el
meditador y alquimista,
luego de transitar
la gran Vía de la Transmutación,
luego de recorrer
el Sendero del Cambio (i)
basado en los
métodos y técnicas de la Alquimia,
comienza a desandar
el Camino de Meditación que ha madurado.
Es como volver a
empezar todo de nuevo, pero en sentido contrario,
es como volver a
ser un niño, pero con una conciencia suprahumana,
difícilmente
distinguida entre el común de los mortales.
Los taoístas hablan
de Retornar al Origen, de Regresar a la Fuente.
De este modo, así
es como comienza el proceso inverso cimentado en el
No Reconocimiento,
o bien, en la desidentificación,
al que los
neotaoístas Hsian Kuo y Kuo Hsiang denominaron
Olvido del Olvido
o Enseñanza Oscura,
Hsuan Hsueh.
Así el alquimista
meditador, comienza a desidentificarse de la Meditación.
Se desidentifica de
la Alquimia y de todos los estados logrados con la práctica.
De hecho, comienza
desidentificándose de los sonidos que oye.
E incluso, si abre
los ojos, se desidentifica de aquello que observa,
y aun estando en el
recinto tan conocido de la meditación
es como si todo
fuera extraño o nuevo.
Porque cualquier
reconocimiento se produce en el ámbito de la mente.
Y estar en la mente,
es seguir estando alejado de lo Esencial.
Por eso, en este
estadio hay que desidentificarse de los pensamientos,
y de la mente en sí
misma.
Porque que en esta
dimensión del Método del Uno
se produce una
desidentificación a gran escala;
ya que la Conciencia
se establece más allá de la mente y
más allá de los
sentidos.
Así se pierde la
identificación con la respiración, con toda visualización,
con cada idea que
aparezca por elevada que fuera;
se desvanece la
identificación con el estado de plenitud, con el estado de dicha;
se desintegra la
identificación con el Circuito Psíquico y con toda técnica,
ya sea del primer
nivel o avanzada;
se disipa la
identificación con la Conciencia, con el Despertar y con el Tao.
También desaparece
toda Identificación con la Iluminación e incluso,
con toda la teoría
del Método del Uno.
Hasta llegar a
desidentificarse de la misma desidentificación.
Es decir que en
este estadio del Método del Uno, el Uno mismo desaparece.
Porque si no es
así, entonces se trata de una proeza meramente humana
pero no se trata de
una verdadero sublime contacto con la Esencia.
Si no es así, sigue
tratándose de una experiencia humana relativa,
pero no se trata de
la vivencia real del Tao verdadero,
que sólo es Silencio,
Vacío y Quietud.
Se trata de otra
fabricación de la habilidad humana,
que aunque sea
sumamente trascendente,
no es la Esencia,
no es lo Esencial.
Porque para vivir
la Esencia, y entender lo que ella es,
es necesario
avanzar por el camino negativo;
o sea, al entrar en
esta dimensión superior de la Alquimia y la Meditación,
hay que comenzar a
descartar absolutamente todo,
si es que de verdad
se intenta vivenciar lo Esencial.
Entonces es
menester decir esto no es, eso no es, y que aquello tampoco es.
Y así seguir hasta
descartar todo lo que no es, y quedarse con la Esencia.
De este modo, si
aparece un pensamiento,
es necesario saber
que eso que se piensa no es la Esencia;
si está la
respiración, saber que eso no es la Esencia;
si aparece un
estado subliminal de la bioenergía psíquica,
saber que tampoco
es;y así seguir sucesivamente.
Si aparece la
esfera luminiscente Chin Tan a unos centímetros del entrecejo,
no es lo Esencial;
si surge un estado
de Conciencia y con ello la Paz, tampoco es la Esencia.
Si surge cualquier
concepto del Ser Interior, de la Armonía,
del camino de
Realización o cualquier visión sobre el mismo Tao,
no es la Esencia.
Porque la Esencia
es la Nada, y si no se comprende esto,
es porque no se ha
comprendido el Tao,
claro que se ha
comprendido cualquier otra cosa,
aunque se le llame
Tao o Taoísmo,
pero no se ha
comprendido la Esencia.
Seguramente se ha
comprendido el desvirtuado propósito de una práctica,
de una filosofía o
de una religión, pero no la Esencia de todo lo manifiesto.
Asimismo,
cuando se alcanza
el estado óptimo en el cual la Conciencia Despierta
y se logra la
Iluminación, Chueh, y el Espíritu Resplandece
y la Bioenergía
Psíquica se catapulta al Clímax Trascendente,
si el alquimista
meditador puede estar consciente
de que eso tampoco
es la Esencia,
entonces sí, se
encontrará más cerca de lo Esencial.
Del mismo modo,
cuando en el estadio de máxima sensibilidad,
se percibe el ritmo
cardíaco de la longevidad, el cual expande
el Sentimiento
Amoroso, Ai Chi Tao, del Corazón Psíquico, Hsin Shen,
en un abrazo por la
Vida Existencial y por la Naturaleza que la expresa,
y el alquimista
meditador puede estar consciente de que eso no es;
y cuando la
Copulación Interior del Yin Yang Nei Chiao Kuo
impulsa el
reencuentro del Ser integral consigo mismo,
que establece la
incomparable conjunción
de la mente con los
sentimientos, con el espíritu, con la conciencia y
con la Esencia
Inmortal de la Verdadera Naturaleza Interior,
y el alquimista
meditador puede estar consciente de que eso no es la Esencia;
aun cuando se trate
de este encuentro inenarrable, inexplicable,
donde germina y
florece el Elixir Áureo, Chin Tan, pero en su desdoblada
manifestación
esférica luminiscente,
que impulsa la
proyección del Ser Celestial, Chin Hsien,
al plano de la
Conciencia Original, Yuan Chueh,
si el alquimista
meditador puede decirse así mismo y estar consciente
de que esto tampoco
es la Esencia, entonces estará más cerca de la Esencia.
Y cuando el
alquimista meditador ve el Camino, el Tao, con toda claridad,
y puede detenerse y
estar consciente de que eso tampoco es la Esencia,
entonces sí, se
ciñe a la Esencia en su absoluta esencialidad.
Esto es comprender
la Iluminación, Shih Chueh,
esto es la
Iluminación,
y es el ultrasignificado
del Wu Nien Hsin de Lao Tse,
o ausencia de
pensamiento,
es el Sunyata y
Tahata pronunciado por Bodhidharma, Vacío y Talidad;
es el Maha Prajñá
Paramitá Hridaya Sutra de Avalokitesvara a Sariputra,
es el principio y
fin del Wei Wu Wei,
y esta es la
verdadera renuncia Taoísta, conocida como Hui Shang.
Porque es el Wu I
de Tao, o la ultérrima Unidad Vacía de Tao,
revelada sólo a los
iniciados por los Iniciados de la Escuela de los Secretos,
conocida como Mi
Tsong Chia.
Téngase en cuenta,
que la realización
vivencial del Método del Uno se encuentra
al final de una
serie de Cinco Métodos;
por lo tanto, sin
la adecuada vivencia de los cuatro métodos anteriores,
es quimérico decir
que se ha experimentado el último;
porque, ¿cómo es
posible desandar el camino que nunca se ha andado?
No obstante, el
Método del Uno no es más que una confirmación de que,
para nutrirse de la
más inexpugnable Iniciación Humana,
tan sólo hace falta
Despertar.
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