sábado, 4 de abril de 2020

La Trascendencia de Tao


La Trascendencia de Tao

La Alquimia es un agente preponderante
dentro de la Metodología del Taoísmo.
Y entiéndase como Alquimia Taoísta,
aquella Ciencia conducente al despertar y desarrollo consciente de la vitalidad,
hasta sublimarla en un estadio trascendente
donde la Esencia misma se vuelve un enlace entre el Ser individual
y la Unidad Existencial.
Por eso, entenderla, asimilarla y culminarla,
es uno de los asuntos más trascendentes para todo Taoísta.
Algo que va mucho más allá de la teoría filosófica,
del entrenamiento técnico y del dogma religioso.
Así, para dar los primeros pasos en la Alquimia taoísta,
es necesario mantenerse despierto, abierto, sensible, presente,
receptivo, atento, dispuesto y entregado, sin auto erosionarse la Conciencia,
porque este es el modo de Vivir la Existencia de Tao,
inmerso en el Tao, en la plenitud de Tao.
En este plano ya no hay más Ser que la Energía Esencial,
y todo lo demás es tan sólo un desdoblamiento ilusorio, un vehículo,
que como única proyección cumple el designio de la auto revelación,
para educir nuevamente, la verdadera y trascendental Esencia Sublimizada.

Todas las formas vienen de la Energía Esencial,
todos somos en Esencia, Energía potencial,
y vamos hacia la Energía Existencial,
retornando al punto de origen
para fusionarnos nuevamente con la Esencia.
Pero hay que entender que el Ser Esencial no es el ego,
pues éste apenas es un mero reflejo empañado de la Esencia,
y es el ego el que teje las innumerables creencias que alejan de la Verdad;
el Ser Esencial, tampoco es el cuerpo,
pues éste tan sólo es un instrumento y nada más,
y es el cuerpo el que acarrea como vehículo todos los vicios del ego;
el Ser no es la mente, pues ésta simplemente es una proyección,
y es la mente la que se ocupa de opacar lo Esencial;
el Ser tampoco es el espíritu, porque éste sólo deviene de la identificación,
y el espíritu fortalece la individuación separada de la Unidad indivisible;
porque el Ser es simplemente un estado de Conciencia, despierta o dormida,
y la Conciencia en sí,
no es otra cosa que el Umbral previo a la Energía Esencial.
Incluso la Conciencia Despierta es tan sólo un Portal.
Entonces, Ser Energía Esencial,
es la sustancia infinita de Tao,
y esto es lo más cercano a la cumbre última de la Existencia.
Ser Energía Esencial, es la plataforma donde se destraba la báscula metafísica,
que sólo mediante la Alquimia Taoísta fundamentada en la Meditación,
se logra balancear y equilibrar
para apreciar el estadio indiferenciado de la Unidad.

El Uno se refleja como un espejismo sobre Po y Hum,
que son los aspectos ciego e iluminado del Alma humana.
Por lo cual, Po, puede manifestar temporalmente luego de la vida corpórea
el ilusorio plano generado por las creencias mundanas de los mortales;
mientras que Hum, es capaz de anexar el movimiento perenne
de la inmortalidad en su vínculo esencial con el sublime Tao.
Por eso, si Po se robustece en vida,
ya sea con fórmulas filosóficas, dogmas religiosos o posturas materialistas,
el alma en pena vaga por la tierra luego de la transición
buscando consuelo conforme a sus creencias.
Por el contrario, si Po, el aspecto ciego, se sutiliza con metódica disciplina,
el Alma potencia su maestría
en beneficio de los seres humanos aun encarnados.
Pero cuando Hum, el aspecto iluminado,
se identifica al desencarnar con su
Verdadera Naturaleza Primigenia u Original,
retorna inmediatamente a la Fuente Esencial
de la que nunca se ha separado, a menos,
por esa ilusión proveniente de la inconsciencia de Po.
Justamente, es la dualidad u oposición complementaria la que distancia,
aunque, por otro lado, es a causa de esta misma dualidad por la que se acerca.
Esta es la física del Tai Chi basada en el Yin Yang.
Por eso, cuando el Ego muere, la Esencia se inmortaliza.
De este modo, toda muerte es un acto de evolución en el Camino
de la autorrevelación de la Esencia.
Como bien dice Chuang Tse:
Morir es volver a ser lo que éramos antes de nacer.

Si la Conciencia se proyecta por la Senda de las Ocho Direcciones, Pa Kua,
que conducen hacia su propia autorrevelación Esencial,
se autorrealiza en el plano metafísico de los Cinco Elementos, Wu Hsing,
que colma el sentido más profundo de existencia.
Asimismo, la Espontaneidad, Creatividad y Libertad personal,
o Tzu Jan Feng Liu, con los Tres Tesoros, San Pao,
nutren la Conciencia en su vuelo hacia la inmortalidad.
E Inmortalidad, no es otra cosa para el Taoísmo que trascender
la Suprema Identificación con la Unidad Esencial Indiferenciada, Wu I.
La cual sólo se disgrega, aparentemente,
en el juego natural de la dualidad, Yin Yang.
De aquí se desprenden los Cinco Métodos de la Meditación Alquímica Taoísta.

Dicho con otras palabras, comprender y asimilar lo Esencial,
es lo primero y el objeto cardinal del Sendero Taoísta.
Todas las prácticas del Arte Taoísta, de la Alquimia Taoísta,
y los fundamentos de esta Ciencia Integral,
los principios de su Filosofía Circular,
los misterios de su Metafísica Vivencial,
incluidos los valores iniciáticos del Taoísmo Esotérico,
y todo su Sistema, sea del Norte, Sur, Este, Oeste o Centro,
de Izquierda o Derecha, del Medio, del Alto o del Bajo,
del Negro o del Blanco, del Azul y del Rojo, de lo Blanco y lo Amarillo,
están todos orientados a desentrañar lo Esencial.
Ni más ni menos, que despertar, activar, desarrollar, direccionar y sublimizar
lo Esencial.
Así, partiendo desde la Esencia Básica Burda de la Vitalidad
que se procesa en el Centro Psíquico inferior del
espacio energético de la Base, Hui Yin,
y pasando por la Esencia Espiritual Sublimizada de la Conciencia
que se desarrolla en el Centro Psíquico Superior del
espacio energético Coronario, Bai Hui,
hasta la formidable culminación en la Esencia Trascendente,
que procesa el Despertar o la llamada Iluminación,
que destila la Suprema Identificación que se disuelve
en la misma Esencia Existencial de Tao o Unidad Indiferenciada,
todo esto es la Alquimia Superior de la Esencia conocido también
como el Cultivo Esencial.
De este modo, dicho llanamente,
se considera que la Esencia que pueda Despertar el Ser Humano,
es la misma Fuente del Tao indiferenciado.
Para ello, la práctica de la Meditación Alquímica Taoísta, Tao Ch´i Chan´na,
que apunta al Despertar de la Conciencia mediante
el desenvolvimiento sutil de los Tres Estadios de la Esencia,
comprende la profundización vivencial
de Cinco Niveles y Cinco Métodos experimentales.

En cuanto a los Cinco Niveles, hay que aclarar que
el primer nivel consiste en la Introspección,
introspección que conduce a la Centralización en un segundo nivel,
centralización que genera e impulsa suma sensibilidad en un tercer nivel,
sensibilidad que despierta la Conciencia más elevada en un cuarto nivel,
y conciencia que se identifica con la Esencia Inmortal de Tao,
en un quinto nivel,
para provocar su propia trascendencia.

Pues, si no se comprende ni se asimila lo Esencial,
se dice en el ámbito taoísta que el ser humano vive en vano y
desaprovecha la invaluable oportunidad de ser consciente.
Por lo tanto, aunque hay quienes conocen el arte de la medicina taoísta,
si no conocen lo Esencial, no conocen nada.
Hay quienes tienen un vasto conocimiento sobre el taoísmo y su filosofía,
y hay quienes son expertos en las disciplinas del cuerpo,
en las artes marciales o ciencias de la energía,
pero si no conocen lo Esencial es como si no supieran nada.
Incluso están los técnicos y especialistas
que dominan la teoría de la Alquimia Taoísta y la Meditación,
y están los maestros que dominan el campo de la religión taoísta y sus dogmas,
pero si no conocen lo Esencial, no conocen nada.
Se pueden conocer muchísimas cosas,
se pueden argüir todas las teorías metafísicas conocidas,
pero si nada se sabe de lo Esencial,
entonces no se conoce nada.
Porque el conocimiento de la Esencia, como bien se dice, es lo Esencial.
Pero aun más todavía, si se esgrime una tesis de lo Esencial
o si se manipula la teoría de la Esencia, como una mera fórmula,
y esta información se confina al fútil campo
de la especulación discursiva racional,
y no se experimenta la profunda vivencia transformadora de lo Esencial,
entonces, igualmente no se conoce nada ni se sabe nada de nada;
por más que se hable muy bien de la Esencia, sino se la Vive en su
más alto vuelo de Transformación y Trascendencia,
en verdad, no se sabe nada.
Porque a la hora de reencontrarnos nuevamente con la Existencia,
todas las nociones de la vida, son superfluas.
Porque si la vivencia no es personal, interna, propia,
y sólo se repiten de memoria recetas concebidas por otros,
aunque sean dignas afirmaciones, deshonran al ser humano que las formula.
De esta manera, aunque el ser humano sea capaz de crear
imponentes súper sociedades y alcance el máximo confort imaginado,
y aunque se adjudique en préstamo
el testimonio de segunda mano sobre los mejores conceptos de la Esencia,
si no conoce por sí mismo lo Esencial, no tiene nada.
Esta es la Visión Taoísta del Camino Iniciático de la Alquimia Meditativa
que toda alma debe transitar hasta la autorrevelación de su Ser Esencial.

Por esto mismo,
la Metodología Pedagógica Taoísta se inspira en Cinco Métodos
para el autoconocimiento del potencial latente,
que conlleva a la misma esencialidad.
Pues toda Conciencia acuna en su propio cogollo, la Fuerza que gesta
la Sublimación y Trascendencia que vincula con el Estado Anterior,
con la Fuente Primigenia y con la Verdadera Naturaleza Esencial.

No obstante, hay quienes ante la imposibilidad de vivenciar
la Alquimia Meditativa o Meditación Alquímica,
prefieren argumentar que es todo mentira o falso.
Porque cuando algo no se puede experimentar suceden dos cosas,
o se lo cree ciegamente sin cuestionar, o se opta por el bajo recurso
de la desacreditación que disimula la propia ignorancia.
Pero hay quienes están un poco más evolucionados o
simplemente son experimentadores con más alcance,
que consideran incluso a la exposición más refinada y acertada
sobre los procesos de la Alquimia,
como poca cosa ante la magnanimidad real de la vivencia personal.
De este modo, mientras unos descalifican la Sabiduría de la Alquimia Interior,
otros creen ciegamente en sus principios, pero otros, en cambio,
afirman que ninguna teoría alcanza para revelar su más profunda realidad.
Por eso, el principio que apunta a que en cada uno despierte
su propio Maestro Interior, es la propuesta primordial del Taoísmo,
a fin de que cada uno sepa que al dar los primeros pasos
por el Camino de la Alquimia, sólo cuenta la vivencia personal.
A partir de ello, toda mínima referencia, toda sutil señal,
entonces sí es suficiente para incentivar la propia captación
del inmenso horizonte de lo Esencial que es la Unidad Indiferenciada o Wu I.
Entonces, despertar el propio Maestro Interior es el primer paso,
ya que dentro de cada uno se hallan las raíces de Tao Existencial.
Pues, cuando el tiempo es el más adecuado, cada uno Despierta por sí solo.
Aceptar lo que la Vida es, aceptar lo que las cosas son,
y aceptar lo que los seres humanos somos, hacemos y podemos realizar,
constituye el don de la Conciencia expansiva.
Porque cuando el Maestro Interior ha Despertado,
se acepta la Existencia y el Tao, tal como son, tal cual su misterio intrínseco,
y de este modo, sin más,
se refleja la Naturaleza Superior de todo lo manifiesto en su pura Esencia.

Estar consciente del Camino y de su Esencia momento a momento,
es la mayor proeza que pueda efectuar todo alquimista meditador.
Todo lo demás es circunstancial.
Porque, si así no se lo siente o no se lo considera,
la verdadera realización humana se dilapida en un laberinto de propósitos
que socavan el quid de la conciencia iluminada,
que finalmente termina empañando lo hermoso de la vida.
Pues, sin una profunda atención puesta en el Camino conducente
hacia lo Indiferenciado,
se desvanece todo autoconocimiento
y toda realización de la Esencia primordial.

En cuanto a los Cinco Métodos, hay que aclarar que
la Metodología Pedagógica Taoísta,
se basa en Cinco Procedimientos Básicos y en Cinco Complementarios
para señalar el rumbo hacia el apogeo de la Conciencia.
Todo esto se resume en el Taochi Shench´iching o
Camino Energético de la PsicoEnergíaVital.
Los Cinco Procedimientos Básicos son conocidos como el Método del Tres,
del Dos, del Ocho, del Cinco y el Método del Uno.
El Orden alude al desenvolvimiento de la Verdadera Naturaleza humana
que amanece gradualmente en la Esencia o Unidad Indiferenciada,
mientras que el Orden invertido representa la Cosmogonía del Universo
que deviene del Uno para extenderse en la vasta multiplicidad del Ser.
Sin este Conocimiento no puede decirse que el Caminante de Tao
sepa algo acerca del taoísmo.
Pues, estos Cinco Métodos
hacen referencia a los esquemas teóricos conocidos como:
los Tres Tesoros o Tres Palacios, San Pao,
las Dos Polaridades o Dos Potencias, Yin Yang del Taichi,
las Ocho Direcciones u Ocho Fuerzas, Pa Kua,
los Cinco Elementos o Cinco Esencias, Wu Hsing (Wuxing),
y el Uno o Unidad, conocida en su triple aspecto como:
Unidad Espiritual, Shen I (Shen i),
Unidad Existencial, Tao I (Dao i),
Unidad Indiferenciada, Wu I (Wu i).
Por lo tanto, el Alquimista Meditador que puede desenvolver
los Cinco Métodos y logra desentrañar sus claves inherentes,
mediante un Programa Integral, minucioso y detallado,
se acerca un poco más a la maduración de lo Esencial;
y quien alcanza a dilucidar la señalización de las leyes intrínsecas
en los Cinco Métodos Wu Kung (wu gong),
llega a vislumbrar el florecimiento de su propia Esencia
que se proyecta hacia la esencialidad misma del Tao Esencial.
Por otro lado, las Cinco artes y ciencias adicionales
a estos Cinco Métodos, conocidos como Cinco Complementarios,
no menos importantes, se agrupan dentro del esquema de los
Cinco Procedimientos Suplementarios, los cuales son:
los Diez Troncos Celestes,
Jia, Yi, Pien, Ding, Wuh, Ji, Geng, Hsin, Ren y Quei;
las Doce Ramas Terrestres,
Hai, Tse, Ein, Mao, Sze, Wu, Shen, Yu, Chen, Shu, Chui, y Wei;
las Veintiocho Constelaciones, los Sesenta Ciclos,
y los Sesenta y Cuatro Hexagramas.
Todos estos Procedimientos Suplementarios son
las bases del Conocimiento superior de las antiguas materias taoístas.

No obstante, para la realización alquímica es más que suficiente
con saber y comprender los Cinco Métodos Principales,
de los Cinco Procedimientos Básicos, a saber:

El Primero es el Método del 3.
El Método del Tres consiste en hacerse consciente de los Tres Palacios,
y a su vez, extender toda su potencia contenida
en forma de tres poderes atesorados,
los cuales constituyen la estructura del Ser.
Estos son los Palacios, Celestial, Tien, Terrestre, Kun, y Humano, Jen,
que guardan en sí, los Tesoros Ching, Ch´i y Shen,
o Vitalidad, Aliento y Espíritu.
Por la que se implanta la Fuerza Generativa, la Reparación Medular
y el Rejuvenecimiento Cerebral.
También considerados como el Magnetismo, la Electricidad y el Psiquismo
que componen tanto la Bioenergía humana como la
Energía Cósmica y Espiritual.
También representan en el Ser, los Meridianos Principales,
los Vasos Maravillosos y los Centros Psíquicos de Energía;
los que conforman el Cuerpo Energético, el Cuerpo Psíquico y el Alma,
o también conocidos como el Cuerpo Etérico, el Cuerpo Astral y
el Cuerpo Causal o Conciencia.
Son los tres eslabones más conocidos como Cuerpo, Mente y Espíritu,
y sus tres patrimonios son denominados
Adaptabilidad, Moderación, y Naturalidad, conducentes a la Paz.
A partir de este Método se alcanzan las Tres Perfecciones planteadas como:
la Plenitud del Ching, la Suficiencia del Ch´i y la Prosperidad del Shen,
mediante, claro está, la limpieza y purificación, Mu Yu, de la Esencia Básica.
A estos Tres Palacios, en el Brahmanismo se los han llamado Trimurti,
la cual se compone de Brahma, Vishnu y Shiva,
que representan las Fuerzas,
Creadora, Preservadora y Destructora del Universo.
Por ello le corresponden tres estados, relativos a cada Palacio,
siendo éstos Sat Chit Ananda, o Existencia, Inteligencia y Bienaventuranza,
también traducidos como Verdad, Conciencia y Beatitud.
Equiparándose a las Tres Realizaciones superiores
que se procesan en cada uno de los Tan Tien:Silencio, Vacío y Quietud.
Al mismo tiempo, son los Tres Factores del Tao Humano que constituyen
la última realización alquímica, siendo estos:
Vida, Conciencia y Trascendencia.
Son el Bhur, Bhuvah, Svaha, la Tierra, el Espacio Atmosférico y el Cielo.
“La Bella de las Tres Ciudades”, Tripurasundri.
En el cristianismo le dicen Trinidad,
la cual está compuesta por el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo, o bien,
como anunció ser el Cristo:El Camino, la Verdad y la Vida;
el Camino (Tao) en el Palacio Celestial, la Verdad en el Palacio Humano,
y la Vida en el Palacio Terrestre.
Los taoístas mencionan a las Tres Familias o San Chia:
Cuerpo, Corazón y Pensamiento, o Bioenergía, Sentimiento y Psiquismo.
En el Budismo hablan de Triloka o Tribhuvana,
los Tres Mundos que son, Cielo, Tierra e Infierno,
o Trikaya, los Tres Cuerpos, el Terreno, el Mental y el Divino.
En el Taoísmo simplemente se le dice: San, o sencillamente Tres,
o San Pao, los Tres Tesoros.
Y estos Tres Tesoros que están contenidos en los Tres Palacios
simbolizan los Tres Niveles Taoístas de Iluminación,
que, alegóricamente, son los respectivos espacios de los Tres Puros,
tocantes al Ser del Estado sin Límites del Palacio Celestial,
al Ser del Espíritu Precioso del Palacio Medio,
y al Ser de la Virtud Imponderable del Palacio Terrestre.
Comprender estos tres planos o estadios del Ser, campos o mundos,
de universo microcósmico,
es el primer paso en la Alquimia Interior.

El Segundo es el Método del 2.
El Método del Dos se relaciona con dos grandes Potencias Universales,
simbolizados por la Madre y el Padre, el Yin Yang, Yo - In o in ian,
lo Negativo y Positivo.
Son las Polaridades que dan origen
a los Tres Palacios anteriormente comentados,
conformando un Mapa Psíquico de las corrientes bioenergéticas,
el cual detalla el movimiento ascendente y descendente,
centrífugo y centrípeto, expansivo y contractivo.
También conforman el Mapa Energético del cuerpo físico,
determinando las diferentes polaridades atribuidas a lo que está arriba y abajo,
derecha e izquierda, adelante y atrás, adentro y afuera.
Por supuesto que las Dos Polaridades redundan en la
Teoría de la Interacción Armónica entre los Opuestos Complementarios,
como ser, el sí y el no conjugados, y lo bueno y lo malo no categóricos;
es decir, sí y no o bueno y malo, también como, ni sí ni no o ni bueno ni malo,
o, el sí que tiene algo de no o lo bueno que tiene algo de malo, y viceversa.
Y la muy cuestionada interpretación que se focaliza en el
sí o no, bueno o malo, que intenta pervertir la Complementariedad,
fracasando al comprender que el sí existe gracias al no,
y lo bueno gracias a lo malo, y viceversa.
Alquímicamente, el Método del Dos se refiere
a la Triple Dualidad del Blanco y Negro,
Rojo y Azul, Amarillo y Blanco;
también conocido como Norte y Sur, Fuego y Agua, Tigre y Dragón.
Polaridades que finalmente se resumen
en la Inhalación y la Exhalación Alquímica,
que asciende y desciende conforme al movimiento de la dualidad.
A partir de este Método se comprende el más preciado Secreto Taoísta,
que dice:
la hábil maestría sobre el Yin Yang sostenida en la palma de la mano.
Sobre este concepto de dualidad se basa la teoría Taoísta de la
Doble Alma Po y Hum, el aspecto Ciego y Luminoso o Terrestre y Celeste;
la teoría de la Doble Herencia, Xing Ming, Destino y Vida;
la teoría de la Doble Naturaleza, la Superior y la inferior;
la teoría de la Doble Mente, la Elevada y la Limitada.

El Tercero es el Método del 8.
El Método del Ocho fundamentado principalmente,
en el Circuito Psíquico Alquímico, en el Circuito Psíquico del Canal Central,
en el Circuito Psíquico Tubular, en el Circuito Mayor, en el Circuito Lateral,
y en el Circuito Psíquico Menor, Hsiao Chou Tien, o Rueda Líquida, Ho Che,
también conocido como órbita microcosmica o curso de la corriente espiritual.
Porque, sobre este Circuito Menor
se encuentran grabado, en el Cuerpo Psíquico,
los ocho centros de energías u ocho pequeñas espirales radiantes
que procesan la Bioenergía atómica del Ch´i en un plano más sutil.
Los Ocho Centros Psíquicos destacados, son:
Primero, Tsu Chiao (Zuqiao) en el entrecejo,
también conocido como Yin Tang o
Puerta de Adelante, siendo ésta la proyección hacia el futuro;
es la Puerta del Nuevo Ser, del Nuevo Nacimiento.
Segundo, Zhar Zhor (Zhanzhong) en el medio del pecho,
conocido como Puerta del Aliento;
este es el sitio donde reside el Ch´i Maestro.
Tercero, Chi Hai o Mar de la Energía, situado debajo del ombligo,
también conocido como Puerta de la Píldora de Oro;
aquí se halla la Morada Amarilla conocida como Huang Ting,
donde se encuentra la caverna del Dragón y el Gran Caldero.
Cuarto, Hui Yin, localizado en el centro base o perineo;
conocido también como Puerta de la Tierra.
Quinto, Ming Men, ubicado entre los riñones
y conocido como Puerta de la Vida.
Sexto, Chia Chia (Jiaji) emplazado un poco antes de llegar
a la zona enmarcada entre los omóplatos;
conocido también como Chen, el Ministro, o Shen Tao,
el Camino de los Dioses;
esta es la tan practicada Puerta del Justo Medio de Tao.
Séptimo, Feng Fu, situado en la zona de la nuca, significa Almacén del Viento,
y es conocido como Puerta de Atrás, siendo ésta la proyección hacia el pasado;
es la Puerta de los Ancestros, y de la Sabiduría Cósmica.
Y séptimo, Bai Hui, abierto en el centro coronario,
conocido como She, el Embajador, o Ni Wan,
dónde se hospeda el cerebro superior Sai Hai o Tzu Fu, Palacio Celestial;
éste representa la Puerta del Cielo.
Los Ocho Centros Psíquicos son considerados Ocho Fuerzas o Pa Kua,
por eso están simbolizados por ocho Trigramas,
que en su nombre iniciático son:
Lago, Tui, en la frente; Fuego, Li, en el pecho;
Trueno, Chen, en el bajo vientre; Tierra, Ti / Kun, en el Centro Base;
Montaña, Ken, en el inicio de la columna vertebral;
Agua, Kan, en la espalda; Viento, Sun, en la nuca;
y Cielo, Chien / Tien, en el Centro Coronario.
Representado en el Orden Pre Celeste del I Ching, y,
en contraposición al Orden Post Celeste del Feng Shui.
No obstante, otros Ocho Centros secundarios pero de igual magnitud,
en cuanto al proceso alquímico respecta, son:
El primero, Wei Lu o Chang Qiang, conocido como Jun, el Soberano,
y es la Puerta del Gran Poder, la cual se ubica en el cóccix.
El segundo, Shan Tien ubicado en la pelvis y más relacionado
con la energía sexual.
El tercero, Tian Tu en la garganta y está asociado con la
sublimación de la energía sexual.
El cuarto, Yu Chen (Yuzhen), considerado el Cabezal o Almohada de Jade,
donde se encuentra Zuo, el Secretario, ubicado en la séptima cervical;
y es aquí donde se establece la unión entre el cuerpo físico y el espíritu.
El quinto, Yung Chuan, las raíces desde donde se absorbe la energía curativa.
El sexto, Lao Kung, las ventanas por donde se proyecta la energía sanadora.
El séptimo, los dos Calderos u Hornos Ting, Tan Tien, o Campos de Cinabrio,
ubicados en los respectivos centros del Palacio Terrestre y Celeste.
El octavo, es justamente el centro medio del Canal Central,
que es bien conocido como el Caldero del Palacio Humano, o también,
como el Noveno Centro Psíquico Regenerador, el eje de la Rueda Hidráulica.
Y desarrollado de modo práctico como el Gran Circuito Psíquico Tubular.
Mediante el Método de los Ocho se pone en evidencia
el Xing Ming Shuan Xiu,
cuyo significado es:
el Espíritu y el Cuerpo son dos entidades
que necesitan vincularse psíquicamente.
Por eso en el Taoísmo, el Pa Kua, además de los centros alquímicos, también
representan las Ocho Direcciones
que todo aspirante a la iniciación debe recorrer.
Sintéticamente se puede distinguir a estas Ocho Direcciones como:
la realización a través de la Vía del Cuerpo psicofísico, Wu Shu Tao.
la realización a través de la Vía de la Energía Psíquica, Nei Kung Tao,
la realización a través de la Vía de la Actitud Virtuosa, Feng Liu Tao,
la realización a través de la Vía de la Comprensión Inspirada,
Hsuan Hsueh Tao,
la realización a través de la Vía de la Relación Alquímica, Shen Hsien Tao,
la realización a través de la Vía de la Acción Concordante, Wu Wei Tao,
la realización a través de la Vía de la Naturaleza Superior, Ching Seng Li Tao,
la realización a través de la Vía de la Conciencia Original, Yuan Chueh Tao,
las cuales alcanzan su culminación
en el estado de la Mente Superior Hsin Tsung,
centrada en el Wu Nien, no pensamiento.

El Cuarto es el Método del 5.
El Método del Cinco, se relaciona estrictamente con los Cinco Elementos
y constituye el pilar de las Ocho Fuerzas,
representando en sí mismo las Cinco Esencias de la Naturaleza,
también conocido como Cinco Actividades.
Estos Cinco Elementos son en su nomenclatura corriente:
la Tierra, T´u, el Metal, Chin, el Agua, Shui, la Madera, Mu, y el Fuego, Juo.
Psíquicamente hablando, los Cinco Elementos están asociados con:
la Madera, y en este caso es el espíritu, el Shen, la inspiración,
la clarividencia y el enojo, entre otras cualidades.
El Fuego es el alma, la aspiración, la clariaudiencia, y la alegría.
La Tierra es la Mente, el intelecto, la percepción del sabor y la comprensión.
El Metal es el hálito vital, la percepción olfativa, la ambición y el pesar.
Y el quinto Elemento, el Agua, es la esencia, la fuerza física,
la percepción táctil, y el temor, entre otros.
Pero los Cinco Elementos también ejercen una gran incidencia orgánica,
por ejemplo, la Madera rige sobre el hígado,
encargándose de los músculos y tejidos, y además, fortalece al Fuego.
El Fuego, a su vez, rige sobre el corazón,
encargándose de las arterias y la textura del cuerpo, y nutre a la Tierra.
La Tierra rige sobre el bazo,
encargándose de la carne, y da fuerza suplementaria al Metal.
El Metal rige sobre los pulmones,
encargándose de la piel y el cabello,
y sella un círculo energético que refuerza al Agua.
Y el Agua, finalmente, rige sobre los riñones,
encargándose de los huesos y las uñas,
y sustenta el funcionamiento de la Madera,
completando así un ciclo y volviéndolo a empezar una y otra vez.
No obstante, esta incidencia orgánica se produce porque, previamente,
se establece una cierta tasa vibratoria que opera desde el plano energético,
conocido como la Esfera de reacciones Psicosomáticas,
que reordena o desarma desde la dimensión psíquica,
conforme a los desequilibrios o al grado de armonía.
Por lo tanto, mediante el Método del Cinco,
es posible armonizarlos desde un estado de Conciencia,
ya que desde la inconsciencia tienden naturalmente a desnivelarse.
Los Cinco Elementos son las características de las sustancias etéricas básicas
que conforman las Ocho Fuerzas del Ser, ya mencionadas.
De esta manera, si se pierde el balance armonioso
de los Cinco Elementos se desencadenan innumerables desequilibrios
que terminan desmoronando a las Ocho Fuerzas;
por el contrario, si se preserva su adecuada interacción
mediante el conocimiento correspondiente,
se logra la sublime maduración de la Esencia Trascendente,
y así, el Ser Humano despierta capacidades y dones latentes
que le retribuyen grandes beneficios.
La elevación hacia la cumbre bioenergética
se produce cuando el alquimista entiende el modo
de unificar los Cinco Elementos en la misma orientación verticalizada.
Y cuando además, ha logrado asimilar la fusión y consigue amalgamar
las Cinco Esencias conducentes a un nuevo estado,
donde los Cinco Elementos y las Ocho Fuerzas
se desdoblan en una apertura de Conciencia metafísica.
En este punto, es necesario reconocer que los Cinco Elementos
participan de una condición en común:la "Onda";
más conocida por los Taoístas como la Teoría Ondular, que parte desde
el Método del Tres, se extiende por el Método del Dos,
se ajusta mediante el Método del Ocho,
se expresa mediante el Método del Cinco,
y finalmente, se sublimiza hasta su misma trascendencia
con el Método del Uno.
Por lo tanto, la Onda es la cualidad que unifica los Cinco Elementos.
Por ejemplo, el Agua se mueve en ondas,
y la madera tiene anillos u ondas más concretas,
la Tierra tiene capas que también son ondas más concretas,
el Fuego se manifiesta en halos de luz de diferentes colores,
y el Metal cuando rechina se oye gracias a las ondas que emite.
Así, la Onda es el Elemento número Seis que trasciende al Wu Hsin, o bien,
es la Novena Fuerza expansiva que trasciende al Pa Kua,
y esta nueva Fuerza (9) o nuevo Elemento (6),
es el Umbral más cercano a los Portales del Uno,
la cual logra manifestar alquímicamente el Meditador taoísta.
Claro queefectuar este Arte no es tan sencillo,
pues requiere de una práctica constante
hasta alcanzar la maduración psíquica del Cultivo de la Esencia,
que en sí se trata de la esencialidad de los Cinco Elementos.
Dicho de otro modo, cuando el cuerpo, la energía, los sentimientos,
la mente y el espíritu alcanzan la Onda Trascendente que brota de Tao,
la Conciencia se Ilumina, el Ser Resplandece y el Psiquismo
se eleva a la cumbre de la vivencia subliminal.
Pues hay que tener en cuenta que,
los Cinco Elementos son Poderes y la Onda es un Logro mayor,
pero no estamos refiriéndonos a cualquier onda,
sino aquella onda especial que se ha impulsado alquímicamente
para seguir el movimiento ascendente de la Conciencia Concienciada
del Wu Hsing de Huang Ti, a lo largo
del Pa Kua Interior, o Sien Tien de Fu Shi del Orden Pre Celeste u Anterior.

Ahora bien, Alquímicamente hablando,
y en tanto nos refiramos al aspecto esencial,
los Cinco Elementos se procesan de la siguiente manera:

Primero:
El Aliento Yin acentuado mediante la Respiración Dura, para conducir el
Fuego de la Mente (Ni Wan) hacia la Tierra del Bajo Vientre (Chi Hai).
Y el Aliento Yin acentuado, para conducir el
Fuego del Corazón (Hsin – Zhar Zhor)
también hacia la Tierra del Bajo Vientre.
Y utilizando la Respiración con Boca Abierta
para efectuar una gran condensación.
Es la etapa Humana para la centralización y el apaciguamiento.
Es la Reunión del Ching, Ch´i y Shen.
Conforme al Wu Hsing, aquí el Fuego Burdo da origen a la Tierra.

Segundo:
El Movimiento Yin Yang de la Tierra con Respiración Pre Natal,
para producir el Metal o la Esencia Básica y activar el Ching.
La Respiración Fuelle y sonora
para depurar el Ch´i y sobre desarrollar el Ching.
Es la etapa Terrestre para la fundación de las bases,
la afirmación y la predisposición.
Es la Multiplicación del Ching, Ch´i y Shen.
Conforme al Wu Hsing, aquí la Tierra da origen al Metal.

Tercero:
El Aliento Yang acentuado mediante la Respiración Blanda para producir
el Agua de los Riñones y ocasionar su evaporación y ascenso al plano celestial.
El Aliento Yang que transporta la Esencia Básica de Vida
retrotrayéndola en su movimiento evolutivo.
Es la etapa Terrestre para el desarrollo de la vitalidad.
Es la Sublimación del Ching.
Conforme al Wu Hsing, aquí el Metal da origen al Agua.

Cuarto:
El Aliento Conducido (Respiración Visualizada) para la canalización de las
sensaciones Yin Yang que dan Luz (nacimiento) al Circuito Psíquico.
Vinculación de los Canales Psíquicos de descenso Yin (Ren Mo) ya activados
con los Canales Psíquicos de ascenso Yang (Tu Mo).
Para Establecer el Desfiladero de Árboles y la red de Lianas Colgantes.
Es la etapa Celestial para el fortalecimiento del
sistema inmunológico o Cuerpo Psíquico.
Es la Sublimación del Ch´i.
Conforme al Wu Hsing, aquí el Agua da origen a la Madera.

Quinto:
El Aliento Sutil (Respiración Silenciosa o imperceptible)
alcanza la Vacuidad y la Quietud Absoluta
del Gran Movimiento sin Principio ni Fin.
También puede interpretarse a la Madera como los dos Trigramas del I Ching
en cuanto al Pa Kua, que son:
Madera Yang correspondiente al Trueno
y Madera Yin correspondiente al Viento,
así el Viento se aloja en Feng Fu, la nuca,
donde debe conducirse al Aliento sutil.
Es la etapa final,
previa a la culminación Celestial de la Armonización del Shen.
Es la Sublimación del Shen.
Conforme al Wu Hsing, aquí la Madera da origen al Fuego Subliminal.

A partir de esto, el Fuego del Centro Coronario Bai Hui,
vuelve a producir la Tierra de Hui Yin;
y así el ciclo se reitera una y otra vez.
Este es el Gran Circuito Psíquico Menor visto a través de los Cinco Elementos.

El Quinto es el Método del 1.
Finalmente, el último estudio corresponde al Método del Uno,
el cual constituye el pináculo de la Metodología Pedagógica Taoísta para
el encumbramiento del Ser Esencial.
Este Método es el más difícil de describir, por no decir casi imposible,
pues justamente su realización y vivencia más trascendente
se enraíza en una dimensión no verbal ni racional, donde
se desvanece todo concepto.
De aquí, lo inútil que es intentar explicarlo.
El Método del Uno, como Unidad, como Fusión, como Trascendencia,
como Integración, como Inmortalidad o como Tao mismo,
es la materia más escurridiza que cuenta el Sendero Taoísta,
sin embargo, es lo que cada Ser es potencialmente, mucho antes de nacer,
y por eso es, justamente, lo que no hay que alcanzar,
porque ya se tiene antes que todo lo demás, puesto que,
se trata de la misma Esencia Existencial de todo cuanto existe manifiesto.

Por ejemplo, la Energía Sexual es uno de los pilares
de la Filosofía y Alquimia Taoísta,
la cual debe ser activada, canalizada y sublimizada.
Es la Piedra Angular del Alquimista, y es la Piedra Filosofal de todo buscador.
Es la materia prima que mezclándola en el alambique interno inferior,
da impulso renovado a la Energía Mental, la cual si es bien dirigida,
da Poder a la Energía Espiritual, para dar Luz al Nuevo Ser
que se expresa más allá de las capas del ego, de la ignorancia y de la oscuridad
a la cual se ven sometidos todos los mortales.
De esta manera, como parte fundamental pero inicial
en el Camino de la Alquimia,
se aprende el Arte y la Ciencia de la Respiración Consciente para regular
los flujos y reflujos del Ch´i relativo a la Energía Sexual o Esencia básica
que sustenta la expansión de la Conciencia.
A esta práctica se le suma el ejercicio psicofísico para la sincronización
que mantiene activos los hemisferios cerebrales en un armónico balance,
de modo que el segundo campo de Energía, la Mente,
se encuentre en un estado óptimo conforme a su Naturaleza Superior.
El siguiente paso corresponde al Estado de Copulación Interior Yin Yang
que precede o antecede al desarrollo de las sensaciones canalizadas
por los Circuitos Psíquicos, y,
a la percepción del Pulso Cardíaco de la Longevidad.
De esta manera,
luego de que ha madurado la Fuerza implosiva del Latido Psíquico,
el cual ha sido verticalizado por el Canal Psíquico ascendente
hasta el estado de Plenitud,
se verifica en el Pulso Cardíaco de la Longevidad,
que a su vez se manifiesta en la Copulación Interior Yin Yang,
entonces sí, sólo resta aguardar para presenciar el amanecer del Elixir Áureo.
Este Elixir Áureo se produce en el tercer campo de la Energía Espiritual,
lo cual prepara para la compenetración con la Esencialidad de la Esencia.

El Latido Psíquico es una contracción del perineo
que retrae el diafragma urogenital;
más precisamente, es un movimiento energético del Centro Psíquico Hui Yin,
que genera una implosión y una onda expansiva ascendente,
generando el desborde del Caldero Ting, ubicado en el bajo vientre;
consecuencia que indefectiblemente desencadena la elevación
de la Esencia Básica de la Vitalidad y por supuesto de la Energía sexual,
que asciende por la columna vertebral regenerando
una nueva Energía bien rejuvenecida.
El Circuito Psíquico Menor,
corresponde a una Rueda u Órbita dentro del cuerpo,
relacionado muy estrechamente con el Cuerpo Psíquico del Ser.
Dicho Circuito Psíquico Menor cubre en sus trescientos sesenta grados
los Tres Campos Magnéticos.
Su Polaridad Positiva se ajusta al Vaso Maravilloso Gobernador o
de Control, Tu Mo, alineado con la espina dorsal;
y su Polaridad Negativa se ajusta al Vaso Maravilloso Concepción o
de Función, Ren Mo, alineado con el frente del cuerpo.
El movimiento energético a lo largo de este Circuito Psíquico,
impulsa la sublimación la Esencia Básica de la Vitalidad,
lo que permite una nueva Dimensión de Conciencia Espiritual.
Cuando el Círculo Luminoso alcanza la Unidad,
recién entonces se puede empezar a hablar del Método del Uno o Tao.
Sólo a partir de ahora, entendiendo previamente todo lo anterior,
puede hacerse referencia al Método del Uno.
Esto depende de la vivencia experimental que surge
del Conocimiento Perfecto, conocido como Yuan Ming,
acerca del Océano de la Naturaleza Esencial, Hsin Hai,
que desemboca en el Wu Chi Tao, lo infundamentado.O sea, el Uno.

En otras palabras, al dirigir la Energía Curativa por todo el cuerpo
mediante el Circuito Psíquico Menor,
se produce una gran sensación de bienestar y plenitud;
por eso es que al espíritu que la nutre se le llama Feng Liu.
Es decir,
con la misma Esfera de Luz u Ola Energética que atraviesa el Circuito,
se visualiza una sonrisa expansiva
que se almacena en todos los órganos vitales,
y en todos los centros psíquicos,
hasta que inunda cada célula con una alegría energizante y revitalizadora,
que desborda por cada poro de la piel.
Efecto conocido con el nombre de Respiración Celular.
Le sigue un profundo sentimiento de paz y armonía que se desenlaza
en los Tres Palacios hasta la cumbre de una refinada tasa vibratoria,
que provoca un estado de Conciencia elevada
e incentiva el amor por la vida y por el momento presente.
De este modo,
cuando se ha henchido cada uno de los Contenedores o Calderos,
y cuando ha rebalsado el Ch´i de la Vitalidad,
comienza a circular el Aliento Sutil o Hálito Psíquico
por los pasajes que sublimizan la naturaleza burda; de este modo,
se educe la Naturaleza Primordial o Conciencia Original, Yuan Chueh,
del Estado Original, Hon´u.
Y cuando esto sucede, Despierta el Alma todo su potencial latente
para formar su Cuerpo Esencial, Fa Shen,
que es el vehículo para poder gestar el embrión del Espíritu Inmortal.

Esta experiencia superior o vivencia metafísica en uno mismo,
es considerada un estado paranormal que conlleva una dicha incomparable,
que se reconoce también como la plenitud o satisfacción total,
equivalente a una armonía extraordinaria.
Este es el Tao del Taoísmo, es el Michi, pero aun más allá, es Hishiryo,
también conocido como el Ju, Kiao, Satori, Samadhi, Baraka, Epifanía,
no importa cómo se le llame, es el gran alumbramiento del Alma,
es el Despertar, la Iluminación.
En este estado la Esencia ascendida alcanza la Unidad del Uno.
En esta cumbre inigualable se desarrolla el extracto último de lo Esencial,
es la fase final de la Alquimia Taoísta, el último peldaño de la filosofía de Tao,
el postrimer umbral de la auto Realización, y el ápice del auto Conocimiento.
Y es justamente en este estadio tan subliminal,
que existe la posibilidad
de poner en manifiesto, rotundamente,
el factor de la desidentificación.
Sin esta desidentificación es imposible comprender vivencialmente
el profundo significado del Método del Uno,
puesto que sin ella, es imposible alcanzar,
no sólo la Unidad de los Cinco Métodos,
sino su Esencia Trascendente.
Si no es factible experimentar la desidentificación,
entonces se desmorona
el valor trascendente de asimilar la Esencia misma de Tao.
Cabe aclarar que decir desidentificación equivale a decir:
No Reconocimiento.
Entonces es imperioso experimentar a fondo
el No Reconocimiento o la desidentificación
para así ir más allá de la Unidad
y hacerse Uno con la Esencia culminante de Tao.
De esta manera, el meditador y alquimista,
luego de transitar la gran Vía de la Transmutación,
luego de recorrer el Sendero del Cambio (i)
basado en los métodos y técnicas de la Alquimia,
comienza a desandar el Camino de Meditación que ha madurado.
Es como volver a empezar todo de nuevo, pero en sentido contrario,
es como volver a ser un niño, pero con una conciencia suprahumana,
difícilmente distinguida entre el común de los mortales.
Los taoístas hablan de Retornar al Origen, de Regresar a la Fuente.
De este modo, así es como comienza el proceso inverso cimentado en el
No Reconocimiento, o bien, en la desidentificación,
al que los neotaoístas Hsian Kuo y Kuo Hsiang denominaron
Olvido del Olvido
o Enseñanza Oscura, Hsuan Hsueh.
Así el alquimista meditador, comienza a desidentificarse de la Meditación.
Se desidentifica de la Alquimia y de todos los estados logrados con la práctica.
De hecho, comienza desidentificándose de los sonidos que oye.
E incluso, si abre los ojos, se desidentifica de aquello que observa,
y aun estando en el recinto tan conocido de la meditación
es como si todo fuera extraño o nuevo.
Porque cualquier reconocimiento se produce en el ámbito de la mente.
Y estar en la mente, es seguir estando alejado de lo Esencial.
Por eso, en este estadio hay que desidentificarse de los pensamientos,
y de la mente en sí misma.
Porque que en esta dimensión del Método del Uno
se produce una desidentificación a gran escala;
ya que la Conciencia se establece más allá de la mente y
más allá de los sentidos.
Así se pierde la identificación con la respiración, con toda visualización,
con cada idea que aparezca por elevada que fuera;
se desvanece la identificación con el estado de plenitud, con el estado de dicha;
se desintegra la identificación con el Circuito Psíquico y con toda técnica,
ya sea del primer nivel o avanzada;
se disipa la identificación con la Conciencia, con el Despertar y con el Tao.
También desaparece toda Identificación con la Iluminación e incluso,
con toda la teoría del Método del Uno.
Hasta llegar a desidentificarse de la misma desidentificación.
Es decir que en este estadio del Método del Uno, el Uno mismo desaparece.
Porque si no es así, entonces se trata de una proeza meramente humana
pero no se trata de una verdadero sublime contacto con la Esencia.
Si no es así, sigue tratándose de una experiencia humana relativa,
pero no se trata de la vivencia real del Tao verdadero,
que sólo es Silencio, Vacío y Quietud.
Se trata de otra fabricación de la habilidad humana,
que aunque sea sumamente trascendente,
no es la Esencia, no es lo Esencial.
Porque para vivir la Esencia, y entender lo que ella es,
es necesario avanzar por el camino negativo;
o sea, al entrar en esta dimensión superior de la Alquimia y la Meditación,
hay que comenzar a descartar absolutamente todo,
si es que de verdad se intenta vivenciar lo Esencial.
Entonces es menester decir esto no es, eso no es, y que aquello tampoco es.
Y así seguir hasta descartar todo lo que no es, y quedarse con la Esencia.
De este modo, si aparece un pensamiento,
es necesario saber que eso que se piensa no es la Esencia;
si está la respiración, saber que eso no es la Esencia;
si aparece un estado subliminal de la bioenergía psíquica,
saber que tampoco es;y así seguir sucesivamente.
Si aparece la esfera luminiscente Chin Tan a unos centímetros del entrecejo,
no es lo Esencial;
si surge un estado de Conciencia y con ello la Paz, tampoco es la Esencia.
Si surge cualquier concepto del Ser Interior, de la Armonía,
del camino de Realización o cualquier visión sobre el mismo Tao,
no es la Esencia.
Porque la Esencia es la Nada, y si no se comprende esto,
es porque no se ha comprendido el Tao,
claro que se ha comprendido cualquier otra cosa,
aunque se le llame Tao o Taoísmo,
pero no se ha comprendido la Esencia.
Seguramente se ha comprendido el desvirtuado propósito de una práctica,
de una filosofía o de una religión, pero no la Esencia de todo lo manifiesto.

Asimismo,
cuando se alcanza el estado óptimo en el cual la Conciencia Despierta
y se logra la Iluminación, Chueh, y el Espíritu Resplandece
y la Bioenergía Psíquica se catapulta al Clímax Trascendente,
si el alquimista meditador puede estar consciente
de que eso tampoco es la Esencia,
entonces sí, se encontrará más cerca de lo Esencial.
Del mismo modo, cuando en el estadio de máxima sensibilidad,
se percibe el ritmo cardíaco de la longevidad, el cual expande
el Sentimiento Amoroso, Ai Chi Tao, del Corazón Psíquico, Hsin Shen,
en un abrazo por la Vida Existencial y por la Naturaleza que la expresa,
y el alquimista meditador puede estar consciente de que eso no es;
y cuando la Copulación Interior del Yin Yang Nei Chiao Kuo
impulsa el reencuentro del Ser integral consigo mismo,
que establece la incomparable conjunción
de la mente con los sentimientos, con el espíritu, con la conciencia y
con la Esencia Inmortal de la Verdadera Naturaleza Interior,
y el alquimista meditador puede estar consciente de que eso no es la Esencia;
aun cuando se trate de este encuentro inenarrable, inexplicable,
donde germina y florece el Elixir Áureo, Chin Tan, pero en su desdoblada
manifestación esférica luminiscente,
que impulsa la proyección del Ser Celestial, Chin Hsien,
al plano de la Conciencia Original, Yuan Chueh,
si el alquimista meditador puede decirse así mismo y estar consciente
de que esto tampoco es la Esencia, entonces estará más cerca de la Esencia.
Y cuando el alquimista meditador ve el Camino, el Tao, con toda claridad,
y puede detenerse y estar consciente de que eso tampoco es la Esencia,
entonces sí, se ciñe a la Esencia en su absoluta esencialidad.
Esto es comprender la Iluminación, Shih Chueh,
esto es la Iluminación,
y es el ultrasignificado del Wu Nien Hsin de Lao Tse,
o ausencia de pensamiento,
es el Sunyata y Tahata pronunciado por Bodhidharma, Vacío y Talidad;
es el Maha Prajñá Paramitá Hridaya Sutra de Avalokitesvara a Sariputra,
es el principio y fin del Wei Wu Wei,
y esta es la verdadera renuncia Taoísta, conocida como Hui Shang.
Porque es el Wu I de Tao, o la ultérrima Unidad Vacía de Tao,
revelada sólo a los iniciados por los Iniciados de la Escuela de los Secretos,
conocida como Mi Tsong Chia.

Téngase en cuenta,
que la realización vivencial del Método del Uno se encuentra
al final de una serie de Cinco Métodos;
por lo tanto, sin la adecuada vivencia de los cuatro métodos anteriores,
es quimérico decir que se ha experimentado el último;
porque, ¿cómo es posible desandar el camino que nunca se ha andado?
No obstante, el Método del Uno no es más que una confirmación de que,
para nutrirse de la más inexpugnable Iniciación Humana,
tan sólo hace falta Despertar.

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