El Tao de Martín Fierro
de José Hernández
el Gran Payador
A continuación un
extracto escueto del Martín Fierro, para comparar la filosofía del Gaucho con
la de Lao Tse, a veces contextual y otras, totalmente literal.
Este gran taoísta
Hernández,
que para serlo, no
hace falta saberlo,
pues, quien el alma
abierta tiene
a la melodía del
universo,
entona naturalmente
la hondura de su
sentimiento.
José Hernández,
nació el 10 de Noviembre de 1834, en la República Argentina ,
en la chacra de Pueyrredón, partido de San Martín.
A escrito él a su
editor:
“… y he
deseado todo esto, empeñándome en imitar ese estilo abundante en metáforas, que
el gaucho usa sin conocer y sin valorar, y su empleo constante de comparaciones
tan extrañas como frecuentes; en copiar sus reflexiones con el sello de la
originalidad que las distingue y el tinte sombrío de que jamás acrecen,
revelándose en ellas esa especie de filosofía propia, que, sin estudiar,
aprende en la misma naturaleza …”
El extracto que
sigue ha sido tomado del Libro: MARTÍN FIERRO de José Hernández, editado por la Librería y Editorial “La Facultad ”, el 27 de marzo
de 1943 en los Talleres Gráficos Macagno.
Mas ande otro
criollo pasa
Martín Fierro ha de
pasar,
Nada lo hace recular
Ni las fantasmas lo
espantan,
Y dende que todos
cantan
Yo también quiero
cantar.
Que no se trabe mi
lengua
Ni me falte la
palabra –
El cantar mi gloria
labra
Y poniéndome a
cantar,
Cantando me han de
encontrar
Aunque la tierra se
abra.
Soy gaucho, y
entiéndalo
Como mi lengua lo
explica,
Para mi la tierra es
chica
Y pudiera ser mayor
Ni la víbora me pica
Ni quema mi frente
el sol.
Mi gloria es vivir
tan libre
Como el pájaro en el
Cielo,
No hago nido en este
suelo
Ande hay tanto que
sufrir;
Y naides me ha de
seguir
Cuando yo remuento
el vuelo.
Ansí empezaron mis
males
Lo mesmo que los de
tantos,
Si gustan... en otros cantos
Les diré lo que he
sufrido –
Después que uno
está... perdido
No lo salvan ni los
santos.
Yo no tenía ni
camisa
Ni cosa que se
parezca;
Mis trapos sólo pa
yesca
Me podían servir al
fin...
No hay plaga como un
fortin
Para que el hombre
padezca.
Afigúrese cualquiera
La suerte de este su
amigo
A pié y mostrando el
umbligo,
Estropiao, pobre y
desnudo,
Ni por castigo se
pudo
Hacerse más mal
conmigo.
Si hay calor, ya no
son gente,
Si yela, todos
tiritan –
Si usté no le dá, no
pitan
Por no gastar en
tabaco, –
Y cuando pescan un
naco
Uno al otro se lo
quitan.
Cuando llueve se
acoquinan
Como perro que oye
truenos –
Qué diablos – sólo
son güenos
Pa vivir entre
maricas –
Y nunca se andan con
chicas
Para alzar ponchos
ajenos.
En medio de mi
inorancia
Conozco que nada
valgo –
Soy la liebre o soy
el gálgo
A sigún los tiempos
andan,
Pero también los que
mandan
Debieran cuidarnos
algo.
Para mí el campo son
flores
Dende que libre me
veo –
Donde me lleve el
deseo
Allí mis pasos
dirijo –
Y hasta en las
sombras, de fijo
Que adonde quiera
rumbeo.
Nunca se achican los
males,
Van poco a poco
creciendo,
Y ansina me vide
pronto
Obligado a andar juyendo.
Sin punto ni rumbo
fijo
En aquella inmensidá
Entre tanta oscuridá
Anda el gaucho como
duende,
Allí jamás lo
sorprende
Dormido, la
autoridá.
“Soy un gaucho
desgraciao,
“No tengo donde
ampararme,
“Ni un palo donde
rascarme,
“Ni un árbol que me
cubije;
“Pero ni aún esto me
aflige
“Porque yo sé
manejarme”.
A mí no me matan
penas
Mientras tenga el
cuero sano,
Venga el sol en el
verano
Y la escarcha en el
invierno –
Si este mundo es un
infierno
¿Porqué afligirse el
cristiano?
Y recuerde cada cual
Lo que cada cual
sufrió
Que lo que es,
amigo, yo,
Hago ansí la cuenta
mía;
Ya lo pasado pasó –
Mañana será otro
día.
En la güella del
querer
No hay animal que se
pierda...
Las mujeres no son
lerdas –
Y todo gaucho es
dotor
Si pa cantarle al
amor
Tiene que templar
las cuerdas.
Y aunque yo por mi
inorancia
Con gran trabajo me
esplico,
Cuando llego a abrir
el pico
Téngalo por cosa
cierta,
Sale un verso y en
la puerta
Ya asoma el otro el
hocico.
Monté y me largué a
los campos
Más libre que el
pensamiento,
Como las nubes al
viento
A vivir sin paradero,
Que no tiene el que
es matrero
Nido, ni rancho, ni
asiento.
No hay fuerza contra
el destino
Que le ha señalao el
cielo –
Y aunque no tenga
consuelo
¡Aguante el que está
en trabajo!
¡Nadies se rasca pa
abajo!
¡Ni se lonjea contra
el pelo!
Dios formó lindas
las flores,
Delicadas como son –
Les dió toda
perfección –
Y cuanto él era
capaz –
Pero al hombre le
dió más
Cuando le dió el
corazón.
Le dió claridad a la
luz,
Juerza en su carrera
al viento,
Le dió vida y movimiento
Dende el águila al
gusano –
Pero más le dió al
cristiano
Al darle el
entendimiento.
Y aunque a las aves
les dió,
Con otras cosas que
inoro,
Esos piquitos como
oro
Y un plumaje como
tabla –
Le dió al hombre más
tesoro
Al darle una lengua
que habla.
Y dende que dió a
las fieras
Esa juria tan
inmensa,
Que no hay poder que
las venza
Ni nada que las
asombre –
¿Qué menos le daría
al hombre
Que el valor pa su
defensa?
Pero tantos bienes
juntos
Al darle, malicio yo
Que en sus adentros
pensó
Que el hombre los
precisaba,
Que los bienes
igualaba,
Con las penas que le
dió.
Si hemos de salvar o
no –
De esto naide nos
responde,
Derecho ande el sol
se esconde
Tierra adentro hay
que tirar,
Algún día hemos de
llegar...
Después sabremos
adonde.
No hemos de perder
el rumbo
Los dos somos buena
yunta –
El que es gaucho va
ande apunta,
Aunque inore ande se
encuentra;
Pa el lado que el
sol se dentra
Dueblan los pastos
la punta.
Atención pido al
silencio
Y silencio a la
atención,
Que voy en esta
ocasión
Si me ayuda la
memoria,
A mostrarles que a
mi historia
Le faltaba lo mejor.
Que cante todo
viviente
Otorgó el Eterno
Padre,
Cante todo el que le
cuadre
Como lo hacemos los
dos,
Pues solo no tiene
voz
El ser que no tiene
sangre.
Mas quien manda los
pesares
Manda también el
consuelo –
La luz que baja del
cielo
Alumbra al más
encumbrao,
Y hasta el pelo más
delgado
Hace su sombra en el
suelo.
Debe el hombre ser
valiente
Si a rodar se
determina,
Primero, cuando
camina;
Segundo, cuando
descansa,
Pues en aquellas
andanzas
Perece el que se
acoquina.
En las sagradas
alturas
Está el maestro
principal,
Que enseña a cada
animal
A procurarse el
sustento
Y le brinda el
alimento
A todo ser racional.
–
Un hombre junto con
otro
En valor y en juerza
crece –
El temor desaparece.
Escapa de cualquier
trampa –
Entre dos, no digo a
un pampa,
A la tribu si se
ofrece. –
Para esplicar el
misterio
Es muy escasa mi
cencia –
Lo castigó, en mi
concencia,
Su Divina Magestá –
Donde no hay
casualidá
Suele estar la Providencia.
Marque su rumbo de
día
Con toda fidelidá –
Marche con
puntualidá
Siguiéndolo con
fijeza,
Y si duerme, la
cabeza
Ponga para el lao
que vá.
Oserve con todo
esmero
Adonde el sol
aparece,
Si hay neblina y le
entorpece
Y no lo puede
oservar,
Guárdese de caminar
Pues quien se pierde
perece.
Dios les dió
istintos sutiles
A toditos los
mortales –
El hombre es uno de
tales
Y en las llanuras
aquellas –
Lo guían el sol, las
estrellas,
El viento y los
animales.
Para ocultarnos de
día
A la vista del
salvage,
Ganábamos un parage
En que algún abrigo
hubiera –
A esperar que
anocheciera
Para seguir nuestro
viage.
Pido a todos que no
olviden
Lo que les voy a
decir;
En la escuela del
sufrir
He tomado mis
lecciones;
Y hecho muchas
refleciones
Dende que empecé a
vivir.
“Los que no saben guardar
Son pobres aunque
trabajen –
Nunca por más que se
atajen
Se librarán del
cimbrón, –
Al que nace barrigón
Es al ñudo que lo
fagen”.
MARTIN FIERRO:
Ah! negro, si sos
tan sabio
No tengás ningún
recelo;
Pero has tragao el
anzuelo
Y al compás del
estrumento –
Has de decirme al
momento
Cual es el canto del
cielo.
EL MORENO:
Los cielos lloran y
cantan
Hasta en el mayor
silencio –
Lloran al cair el
rocío,
Cantan al silvar los
vientos –
Lloran cuando cain
las aguas
Cantan cuando brama
el trueno.
MARTIN FIERRO:
Y ansí me gusta un
cantor
Que no se turba ni
yerra –
Y si en tu saber se
encierra
El de los sabios
projundos –
Decime cual en el
mundo
Es el canto de la
tierra.
EL MORENO:
Y le daré una
respuesta
Sigun mis pocos
alcances –
Forman un canto en
la tierra
El dolor de tan
madre,
El gemir de los que
mueren
Y el llorar de los
que nacen.
MARTIN FIERRO:
Y ya que al mundo
vinistes
Con el sino de
cantar,
No te vayas a turbar
No te agrándes ni te
achiques –
Es preciso que me
expliques
Cual es el canto del
mar.
EL MORENO:
Cuando la tormenta
brama,
El mar que todo lo
encierra
Canta de un modo que
aterra
Como si el mundo
temblára –
Parece que se
quejára
De que lo estreche
la tierra.
MARTIN FIERRO:
Toda su sabiduría
Has de mostrar esta
vez –
Ganarás solo que
estés
En vaca con algún
santo –
La noche tiene su
canto –
Y me has de decir
cual es.
EL MORENO:
Son los secretos
misterios
Que las tinieblas
esconden –
Son los écos que
responden
A la voz del que dá
un grito,
Como un lamento
infinito
Que viene no sé de
donde.
A las sombras sólo
el Sol
Las penetra y las
impone –
En distintas
direcciones
Se oyen rumores
inciertos –
Son las almas de los
que han muerto
Que nos piden
oraciones.
MARTIN FIERRO:
Y el consejo del
prudente
No hace falta en la
partida –
Siempre ha de ser
comedida
La palabra de un
cantor –
Y aura quiero que me
digas
De donde nace el
amor.
EL MORENO:
A pregunta tan
oscura
Trataré de responder
–
Aunque es mucho
pretender
De un pobre negro de
Estancia
Mas conocer su
inorancia
Es principio del
saber.
Ama el pájaro en los
aires
Que cruza por donde
quiera –
Y si al fin de su
carrera
Se asienta en alguna
rama,
Con su alegre canto
llama
A su amante
compañera.
La fiera ama en su
guarida
De la que es rey y
señor –
Allí lanza con furor
Esos bramidos que
espantan –
Porque las fieras no
cantan
Las fieras braman de
amor.
Ama en el fondo del
mar
El pez de lindo
color –
Ama el hombre con
ardor,
Ama todo cuanto vive
–
De Dios vida se
recibe
Y donde hay vida,
hay amor.
MARTIN FIERRO:
Me gusta negro
ladino
Lo que acabás de
esplicar –
Ya te empiezo a
respetar
Aunque al principio
me réi –
Y te quiero
preguntar
Lo que entendés por
la ley.
EL MORENO:
Yo no soy cantor
ladino
Y mi habilidá es muy
poca -
Mas cuando cantar me
toca
Me defiendo en el
combate
Porque soy como los
mates:
Sirvo si me abren la
boca.
Dende que elige a su
gusto
Lo más espinoso
elige –
Pero esto poco me
aflige
Y le contesto a mi
modo –
La ley se hace para
todos
Más sólo el pobre la
rige.
La ley es tela de
araña –
En mi inorancia lo
esplico,
No la tema el hombre
rico –
Nunca la tema el que
mande –
Pues la ruempe el
vicho grande
Y solo enrieda a los
chicos.
Es la ley como la
lluvia
Nunca puede ser
pareja –
El que la aguanta se
queja,
Pero el asunto es
sencillo –
La ley es como el
cuchillo
No ofiende a quien
la maneja.
Le suelen llamar
espada
Y el nombre le viene
bien –
Los que la gobiernan
ven
A donde han de dar
el tajo –
Le cai al que se
halla abajo
Y corta sin ver a
quien.
Hay muchos que son
dotores
Y de su ciencia no
dudo –
Mas yo soy un negro
rudo
Y aunque de esto
poco entiendo,
Estoy diariamente
viendo
Que aplican la del
embudo.
MARTIN FIERRO:
Moreno vuelvo a
decirte
Yo conozco tu medida
–
Has aprovechao la
vida
Y me alegro de este
encuentro –
Ya veo que tenés
adentro
Capital pa esta
partida.
Y aura te voy a
decir
Porque en mi deber
está –
Y hace honor a la
verdá
Quien a la verdá se
duebla,
Que sos por juera
tinieblas
Y por dentro
claridá.
No ha de decirse
jamás
Que abusé de tu
pacencia –
Y en justa correspondencia
Si algo querés
preguntar –
Podes al punto
empezar
Pues ya tenés mi
licencia.
EL MORENO:
No te trabes lengua
mía,
No te vayas a turbar
–
Nadie acierta antes
de errar –
Y aunque la fama se
juega –
El que por gusto
navega
No debe temerle al
mar.
Voy a hacerle mis
preguntas
Ya que a tanto me
convida –
Y vencerá en la
partida
Si una esplicación
me dá –
Sobre el tiempo y la
medida,
El peso y la cantidá
–
Suya será la vitoria
Si es que sabe
contestar –
Se lo debo declarar
Con claridá, no se
asombre,
Pues hasta aura
ningún hombre,
Me lo ha sabido
esplicar –
Quiero saber y lo
inoro,
Y su respuesta
vendrá
Pues en mis libros
no está,
A servirme de
gobierno –
Para que fin el
Eterno
Ha criado la
cantidá.
MARTIN FIERRO:
Uno es el sol – uno
el mundo,
Sola y única es la
luna –
Ansi han de saber
que Dios
No crió cantidá
ninguna.
El ser de todos los
seres
Sólo formó la unidá
–
Lo demás lo ha
criado el hombre
Después que aprendió
a cantar.
EL MORENO:
Veremos si a otra
pregunta
Dá una respuesta
cumplida –
El ser que ha criado
la vida
Lo ha de tener en su
archivo
Mas yo inoro que
motivo
Tuvo al formar la
medida.
MARTIN FIERRO:
Escuchá con atención
Lo que en mi
inorancia arguyo:
La medida la inventó
El hombre para bien
suyo –
Y la razón no te
asombre,
Pues es fácil
presumir –
Dios no tenía que
medir
Sinó la vida del
hombre.
EL MORENO:
Si no falla su saber
Por vencedor lo
confieso –
Debe aprender todo
eso
Quien a cantar se
dedique –
Y aura quiero que me
esplique
Lo que sinifica
peso.
MARTIN FIERRO:
Dios guarda entre
sus secretos
El secreto que eso
encierra,
Y mandó que todo
peso
Cayera siempre a la
tierra –
Y sigún compriendo
yo,
Dende que hay bienes
y males,
Fué el peso para
pesar
Las culpas de los
mortales.
EL MORENO:
Si respondé a esta
pregunta
Tengasé por vencedor
–
Doy la derecha al
mejor –
Y respondame al
momento, -
Cuando formá Dios el
tiempo
Y porque lo dividió
–
MARTIN FIERRO:
Moreno, voy a decir,
Sigún mi saber
alcanza –
El tiempo solo es
tardanza
De lo que está por
venir. -
No tuvo nunca
principio
Y jamás acabará –
Porque el tiempo es
una rueda,
Y rueda es eternidá,
-
Y si el hombre lo
divide
Solo lo hace en mi
sentir –
Por saber lo que ha
vivido
O le resta por
vivir.
Yo no sé lo que
vendrá,
Tampoco soy adivino
–
Pero firme en mi
camino
Hasta el fin he de
seguir –
Todos tienen que
cumplir
Con la ley de su
destino.
----------------------------------------------
FINAL del MARTÍN
FIERRO:
Yo nunca tuve otra
escuela
Que una vida
disgraciada –
No estrañen si en la
jugada
Alguna vez me
equivoco –
Pues ha de saber muy
poco
Aquel que no
aprendió nada.
Hay hombres que de
su cencia
Tienen la cabeza
llena;
Hay sabios de todas
menas,
Más digo sin ser muy
ducho –
Es mejor que
aprender mucho
El aprender cosas
buenas.
No aprovechan los
trabajos
Sino han de enseñarnos
nada –
El hombre, de una
mirada
Todo ha de verlo al
momento –
El primer
conocimiento
Es conocer cuando
enfada.
Las faltas no tienen
límites
Como tienen los
terrenos –
Se encuentran en los
más buenos,
Y es justo que
leprevenga; –
Aquel que defectos
tenga,
Disimule los ajenos
–
Al que es amigo,
jamás
Lo dejen en la
estacada,
Pero no le pidan
nada
Ni lo aguarden todo
de él –
Siempre el amigo más
fiel
Es una conduta
honrada.
Para vencer un
peligro,
Salvar de cualquier
abismo,
Por esperiencia lo
afirmo,
Más que el sable y
que la lanza –
Suele servir la
confianza
Que el hombre tiene
en sí mismo.
Los hermanos sean
unidos,
Porque esa es la ley
primera
Tengan unión
verdadera
En cualquier tiempo
que sea –
Porque si entre
ellos pelean
Los devoran los de
ajuera.
Procuren de no
perder
Ni el tiempo, ni la
vergüenza –
Como todo hombre que
piensa
Proceder siempre con
juicio –
Y sepan que ningún
vicio
Acaba donde
comienza.
Procuren, si son
cantores
El cantar con
sentimiento,
Ni tiemplen el
estrumento
Por solo el gusto de
hablar –
Y acostumbrense a
cantar
En cosas de
jundamento.
Estas cosas y otras
muchas,
Medité en mis
soledades –
Sepan que no hay
falsedades
Ni error en estos
consejos –
Es de la boca del
viejo
De ande salen las
verdades.
Y con esto me
despido
Sin espresar hasta
cuando –
Siempre corta por lo
blando
El que busca lo
siguro –
Más yo corto por lo
duro,
Y ansí he de seguir
cortando.
Vive el águila en su
nido,
El tigre vive en la
selva,
El zorro en la cueva
agena,
Y en su destino
incostante,
Solo el gaucho vive
errante
Donde la suerte lo
lleva.
Mi Dios ha de
permitir
Que esto llegue a
mejorar –
Pero se ha de
recordar
Para hacer bien el
tabajo,
Que el fuego, pa
calentar
Debe ir siempre por
abajo –
(Lea el Martín
Fierro en su versión completa)
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