Encuesta Nº 1
¿El
Ser Humano
es
Esencialmente Bueno o Malo?
1º Es Bueno
2º Es Malo
3º Es las dos cosas
4º No es ninguna de las dos cosas
5º No se sabe lo que es
Esta anécdota
trata del suceso ocurrido a una persona religiosa, que sin lugar a dudas, su
conducta en la vida encarna lo que podría decirse un modelo de religiosidad.
En cierta
ocasión, como tantas otras veces había ido a leer un libro al parque. Solía pasarse horas leyendo a las sombras de
los árboles. Esa tarde, en un descanso
de lectura, alzó su vista y vio a un niño pobre que miraba hipnotizado a otro
niño saboreando un enorme helado.
Entonces
decidió comprarle uno igual. Luego de ir
hasta el vendedor y comprar el helado se acercó al niño por detrás y lo llamó
tocándole el hombro; éste sobresaltado
giró abruptamente y de un manotazo le tiró el helado contra la ropa,
manchándole la camisa y el saco, entonces esta persona religiosa reaccionó
gritando y empujando al niño, quien tropezó y cayó sentado sobre el suelo
poniéndose a llorar.
Más allá de que
inmediatamente lo asistió y que luego de disculparse y tranquilizarlo le volvió
a comprar otro helado, la cuestión es que esta persona quedó muy mortificada, a
tal punto que después de casi un año de haber sucedido esto, me consultó preguntándome
por el motivo de su reacción inesperada, y me contó que hasta ese día él se
había considerado una persona buena e inofensiva, incapaz de manifestar algún
tipo de violencia hacia alguien, y que nunca se hubiese imaginado que podía
llegar a actuar del modo en que procedió en dicha ocasión.
Y entonces le
contesté que no debería sorprenderse, porque el ser humano en sí contiene
potencialmente la naturaleza del cordero y del lobo a la vez. Y le dije que su desconsuelo estriba en que
equivocadamente había creído que sólo era bueno como un cordero, y que jamás
había supuesto que naturalmente también tiene en su interior la naturaleza del
lobo, aunque hasta ese momento nunca se había presentado la oportunidad de
liberarlo. Justamente en esa ocasión
reaccionó de tal manera, que fue el lobo quien se había expresado, aunque
anteriormente siempre haya sido el cordero el que determinara su vida.
El cordero es
manso y tranquilo, y se muestra muy confiable, a tal punto, que incluso cercado
de muerte no atacará; en cambio el lobo
puede llegar a ser peligroso, porque con sólo un poco de hambre atacará sin
piedad.
Así es el ser
humano. Hay casos de vecinos muy
amables, extremadamente simpáticos, que durante años se comportaron de manera
cordial, y a veces sucede que ante cuestiones insignificantes (como por
ejemplo, regar las plantas de la casa y mojar la vereda de al lado), es
suficiente para desatar tremendas guerras que terminan en los tribunales de
Justicia. Y pensar que eran muy buenos
vecinos, que eran ejemplos de solidaridad.
De hecho
también ocurre al revés, casos de personas insensibles que ante determinada
circunstancia tuvieron un gesto de noble humanidad. O casos de enemigos acérrimos que terminaron
siendo grandes amigos íntimos, o por el contrario, parejas que se amaban hasta
el idilio de las grandes obras cinematográficas Hollywoodenses y al poco tiempo se odiaban
como a nada podría odiarse jamás en la tierra.
Porque el bien
y el mal conviven de manera permanente en el subconsciente del individuo y en
el inconsciente colectivo, pudiéndose manifestar uno u otro en cualquier
momento. Únicamente una conciencia
expandida puede verdaderamente aplicar el libre albedrío para no ser dominado
por las reacciones maliciosas contrarias a esa naturaleza superior que se
vincula con la esencia misma del bien supremo.
Ahora bien,
según lo expresa el pedagogo y pensador chino Feng You Lan en su libro: “Breve Historia de la Filosofía China ”
editado en 1987 por el Fondo de Cultura Económica, dice:
Confucio habló
mucho acerca del Jen (benevolencia), y estableció una marcada distinción entre
Yi (justicia) y Li (ganancia). Cada
quien, sin pensar en su ventaja personal, debe hacer incondicionalmente lo que
tiene que hacer, y ser lo que debe ser.
En otras palabras, debe «expresarse a sí
mismo para influir en los demás», lo que en esencia,
es la práctica del Jen. Pero aunque
Confucio sostuvo estas doctrinas, no explicó por qué un hombre debe actuar de este modo. Mencio, sin embargo, trató de dar respuesta a
esta pregunta, y al hacerlo desarrolló la teoría a la que debe su mayor
fama: «la de la bondad original de la
naturaleza humana».
Si la naturaleza humana es buena o mala –o sea, precisamente cuál es
la índole de la naturaleza humana– ha sido uno de los problemas más discutidos
en la filosofía china. Según Mencio, en
su época había otras tres teorías, aparte de la suya, sobre este tema. La primera decía que la naturaleza humana no
es buena ni mala. La segunda, que la
naturaleza humana puede ser buena o mala (lo que parece significar que en la
naturaleza del hombre hay elementos buenos y malos), y la tercera que la
naturaleza de algunos hombres es esencialmente buena y la de otros es
esencialmente mala (Mencio, VIa,
3-6).
La primera de estas teorías fue sostenida por Kao Tse, filósofo
contemporáneo de Mencio. Sabemos más
acerca de ella que de las otras teorías por las largas discusiones entre su
autor y Mencio, que se han conservado para nosotros en el Libro Mencio.
Cuando Mencio sostiene que la Naturaleza humana es buena no quiere decir que
cada hombre que nace es como Confucio, es decir, un sabio. Su teoría tiene cierta similitud con un
aspecto de la segunda teoría mencionada antes, es decir, que en la naturaleza
del hombre hay elementos buenos.
Reconoce desde luego, que también hay otros elementos, que no son ni
buenos ni malos en sí mismos pero que, si no se controlan debidamente, pueden
conducir al mal. Sin embargo, según
Mencio, estos son elementos que el hombre comparte con otros seres vivos. Representan el aspecto “animal” de la vida
del hombre, y por tanto, hablando estrictamente, no deben considerarse como
parte de la naturaleza “humana”.
... Las cuatro virtudes: “el sentimiento de conmiseración, el
sentimiento de vergüenza, el sentimiento de modestia y benevolencia, y el
sentimiento de la justicia (de lo justo e injusto)” si no son obstaculizadas
por condiciones externas, se desarrollan naturalmente desde dentro, así como un
árbol crece por sí solo a partir de la semilla, o una flor desde el capullo. Esto es la base de la controversia de Mencio
con Kao Tse, según el cual la naturaleza human no es ni buena ni mala, y para
quien la moral, por tanto, es algo artificialmente añadido desde afuera.
... Según Mencio: “Aquello por lo cual el hombre se diferencia de las
aves y de las bestias es escaso. La masa
del pueblo lo arroja, mientras que el hombre superior lo conserva” (Mencio IVb, 19).
He aquí la diferencia fundamental entre el confucianismo y el
moísmo. Una de las tareas que Mencio se
fijó consistió en “oponerse a Yang Chu y Mo Ti”. Dice: “El principio de Yang Chu de «cada
quien para sí mismo» equivale a no tomar en cuenta a nuestro soberano. El principio de Mo Ti del «amor universal»,
equivale a no tomar en cuenta a nuestro padre.
No tener padre ni soberano es ser como las aves y las bestias... Estas
perniciosas opiniones desencaminaron a la gente, bloqueando el acceso a la
benevolencia y la justicia” (Mencio
IIIb, 9).
Hsün tse es más conocido por su teoría de que la naturaleza humana es
originalmente mala. Esto está en
oposición directa con Mencio.
La filosofía del Hsün Tse puede ser llamada filosofía de la
cultura. Su tesis general es que todo lo
bueno y valioso es producto del esfuerzo humano. El valor procede de la cultura, y la cultura
es una realización del hombre. Por eso
el hombre tiene la misma importancia en el universo que el Cielo y la Tierra.
Como dice Hsüan Tse:
“El Cielo tiene sus estaciones, la Tierra sus riquezas, el hombre tiene su
cultura. Esto es lo que se da a entender
cuando se dice que el hombre es capaz de formar una trinidad con el Cielo y la Tierra ” (Hsün Tse, cap. 17).
Según Mencio, para que un sabio logre ser sabio debe “conocer el
Cielo”; pero Hsün Tse sostiene todo lo
contrario: “Sólo el sabio no trata de
conocer el Cielo” (Hsün Tse, cap.
17).
... La tesis de Hsün Tse es que “la naturaleza del hombre es
mala; su bondad es preparación
adquirida” (Hsün Tse, cap. 23).
Para el legista Han Fei Tse el ser humano es bueno y malo por
naturaleza, por lo tanto la manera de persuadirlo a actuar bien es mediante
castigos y recompensas. Dice Han Fei
Tse: “Al gobernar el mundo, hay que
actuar de acuerdo con la naturaleza humana.
En la naturaleza humana están los sentimientos de placer y disgusto, y
por tanto son eficaces las recompensas y los castigos” (Han Fei Tse, Cap. 48).
Taoísmo y legalismo representan los dos extremos del pensamiento
chino. Los taoístas sostenían que
originalmente el hombre es inocente por completo...
Los taoístas proponían la absoluta libertad individual; los legalistas, el absoluto control social.
Hsiang-Kuo opinaron lo siguiente en relación a la conducta del ser
humano: “Quienes imitan a los sabios imitan lo que hicieron. Pero lo que hicieron ya ha pasado, y por lo
tanto no puede satisfacer la situación actual.
No vale nada y no se debe imitar.
El pasado está muerto, mientras que el presente está vivo. Si alguien (cultura o gobierno) intenta
tratar a los vivos como muertos ciertamente fracasará” (Hsiang-Kuo cap. 9).
Hsiang-Kuo no se oponen a las instituciones y a la moral como tales,
como lo hicieron Lao Tse y Chuang Tse.
Simplemente, se oponen a aquellas instituciones y morales que son
caducas y por lo tanto antinaturales para el mundo actual.
(Aquí termina el extracto del libro de Feng You Lan).
“Lo realmente malo del ser
humano es tratar de imitar a los demás, y lo verdaderamente bueno es ser uno
mismo tal cual”.
Hsiang-Kuo
¿Qué hay de bueno y qué hay de malo en el ser humano?
Su conciencia amorosa es buena, y su egoísmo es malo.
Concluyendo, lo realmente malo o nefasto diría yo, es la desconexión
del ser humano con su propia esencia, que es su espíritu artístico y
creativo. Claro que un ser humano desconectado,
insensible, no es necesariamente una persona mala como se lo entiende
vulgarmente, pero es alguien que está propenso a actuar de manera equivocada en
cualquier momento, es decir, peor de lo que ya actúa al vivir desconectado,
insensible o indiferente. Porque se
trata de una persona que en cualquier momento puede ocasionar un perjuicio a
alguien de la misma manera que se perjudica a sí mismo al vivir de dicho modo.
En cambio, una persona conectada, sensible, es por cierto una persona
que ha expandido su conciencia, y desde luego que, quien haya despertado de esta
manera difícilmente actúe deliberadamente o no perjudicando a alguien o a sí
mismo.
Según creo, el ser humano no es malo o bueno, sino ignorante o
sabio. Porque la ignorancia es la fuente
de la maldad, mientras que la sabiduría es la plataforma de la bondad. Y recuérdese, que la ignorancia no está
relacionada con el analfabetismo como tampoco la sabiduría significa
erudición... se trata de una
inteligencia de vida superior.
No obstante, la educación es uno de los valores indiscutibles para la
manifestación y el desarrollo de la bondad.
Lo dejo para pensar.
AON
la opción 1 es bueno
ResponderBorrar4º : NO ES NINGUNA DE LAS DOS COSAS
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