sábado, 4 de abril de 2020

Hua Lin Chien - 4

C u a r t a
S e c c i ó n

El Silencio de Tao es más profundo que el mismísimo silencio.
Esto es parte de su gran Misterio Divino insondable,
y es la clave indescifrable que mueve a la Existencia.
Cuando se acalla el último pensamiento
y la mente entra en el gran Silencio,
también se silencian los sentimientos
y el corazón se funde con el Vacío;
entonces, cuando el cuerpo se vacía,
se alcanza la absoluta Quietud.
Estos son los tres poderes del Tao en el Ser Humano.
Porque en la Nada que representa el Silencio, el Vacío y la Quietud,
se procesa el Estado de Conciencia expansiva por el cual el espíritu
recupera su Verdadera Naturaleza que es Esencial, Subliminal y Trascendente.
Esta es la dimensión alquímica de la Perfecta Meditación.
En esta dimensión metafísica que se proyecta desde lo físico,
ya no hay más preguntas ni respuestas,
y en este estado ya no existe el dolor ni la felicidad,
porque en este espacio ya no hay fracasos ni éxitos,
no hay expectativas ni metas cumplidas,
no hay sabiduría ni ignorancia.
En esta dimensión alquímica de la Perfecta Meditación,
no hay camino ni liberación, porque no hay sueños ni despertar,
ni elevación ni decadencia, ni autoconocimiento o autorrealización,
no hay futuro ni pasado, ni antes ni después.
Los taoístas le llaman el Estado de la Serenidad Completa: Wu Ta Ting,
donde se manifiesta y se extiende la Conciencia Original: Yuan Chueh.
Los Budistas lo conocen a través del Sutra del Corazón:
el Maha Prajñá Paramitá Hridaya Sutra.

Sólo el Ser y su Conciencia.
Solo con la Existencia y en compañía del Tao,
inmerso en el ámbito de lo indefinible,
pero palpitando la Metafísica tangencial
que sostiene el Misterio de la Vida
y da espacio al Inteligente Orden Universal.
La Esencia de toda Manifestación
se evidencia en este Estadio de la Nada
que expresa un concierto de Silencio, Vacío y Quietud,
que atraviesan todos los ciclos del movimiento existencial.
Y en esta inmensidad del Orden Inteligente,
la Conciencia Concienciada del Alma Despierta e Iluminada
se funde ineludiblemente en la fuente vacua de la Mente Universal.
Porque cuando se alcanza semejante introspección,
en tan encumbrada ascensión centrada en la profundidad esencial del Ser,
resuena la colosal Vida en toda su imponencia
que anuncia lo insondable e indescriptible del Poder
que nos trae y nos lleva sin que sepamos hacia dónde,
y que nos guía y nos revela sin quedar expuesto jamás.
Esta es la Existencia y éste es el Tao.
Son las leyes que rigen la Vida Universal,
que se engendran sin anuncios o clamores
y sin dar lugar a ningún tipo de reclamo.
Porque las Leyes de Tao, a nada ni a nadie deben rendirle cuenta
de su correspondiente naturaleza y de lo que esencialmente Es.
El Tao está aquí y en todas partes, justo en el lugar que cada uno ocupa,
se encuentra ahora y siempre, conjugado en todos los tiempos,
y no obstante parece desapercibido.
No se lo puede precisar ni definir con total claridad.
Sin embargo, está.Profundamente está.
De este modo, cuanto más se le pregunta, menos responde,
pero cuando no se le plantea ningún interrogante,
ofrece todas las respuestas.
Cuanto más se intenta atraerlo, más se aleja,
pero cuanto más se lo rechaza, más se acerca.
Y aunque parezca que todo esto son condiciones inherentes al Tao,
producto de la falsa percepción,
la realidad es que se trata tan sólo de la proyección dual del razonamiento.
Por lo tanto, no es otra cosa que el relativo mecanismo psicológico 
de los seres humanos. El Tao no es así, pero parece así.
Por eso se dice refiriéndose a un plano burdo o aspecto sombrío de Tao,
que lo que es de los seres humanos no es del Tao,
y lo que es de la Conciencia,
eso sí corresponde a Tao, es decir, a su aspecto luminoso.
De este modo, desprenderse de todo concepto,
desechar toda idea, disolver toda pretensión,
alejarse de toda racionalidad acerca del Tao,
y evitar cualquier especulación
para mantener el Silencio, el Vacío y la Quietud o Wei Wu Wei,
es el modo en que el Sabio que ha Iluminado su Conciencia
se funde y se hace Uno con el Tao.
Porque una vez que se ha trascendido los límites de los sentidos normales,
una vez que se ha superado los condicionamientos de la razón superficial,
una vez resuelto el apego ambicioso que todo lo quiere manipular,
es posible captar claramente la Naturaleza escurridiza de Tao.

Reconocer que todo procede del Tao,
y que el Tao se evidencia expresado en el todo,
y que aun así, permanece oculto, intangible, indefinible,
silencioso, vacío y quieto,
es la mayor captación que puede apreciar el sabio taoísta.
Contemplar el Tao aun sin verlo,
oír el Tao aun sin escucharlo,
sentir el Tao aun sin precisarlo,
es la experiencia superior del Iluminado.
Porque a no ser por esta vivencia tan particular,
todo caminante y buscador se encontrará aislado y
perdido en la incertidumbre que genera esta Existencia extraña
por ser esencialmente inescrutable.
Hay quienes quieren saber a cualquier precio qué es el Tao,
y resulta muy duro darse cuenta de nunca se sabrá con exactitud.
Este es el costo que debe afrontarse al verse cara a cara con la Verdad.
Hay quienes quieren ser atendidos personalmente por el Tao,
y hacen ofrendas y sacrificios para ganarse tal merecimiento,
y es duro también darse cuenta que esto nunca sucederá.
La vida transcurre fugazmente,
y en esa brevedad es duro reconocer,
que aunque se insista de todas las maneras posibles,
el Tao seguirá siendo un Misterio.
Por eso, no luchar contra las circunstancias
y aceptar naturalmente lo que es de la Vida,
reconociendo la Naturaleza y la Existencia tal cual es,
constituye uno de los modos de Realizar el Tao.
No ofrecer resistencias ante los acontecimientos naturales
y adecuarse pasivamente a los diferentes ciclos del devenir,
conforma una de las maneras de ser Uno con el Tao.
Porque al luchar u ofrecer resistencia o querer manipular
mediante falsas creencias,
se establece una tensión interna
que resta espacio a la profunda vivencia del Tao Real.
Pues, cuando se vive con demasiada tensión
debido al esfuerzo inútil de pretender que la vida sea de otra manera,
resulta un desgaste y deterioro que merma la Conciencia elevada de Tao.
Aflojarse, serenarse, ceder y entregarse de modo natural, sin esfuerzo alguno,
es el modo más directo para recuperar el Tao en toda su dimensión.
Porque cuando la actitud humana se inspira en la naturalidad,
el Tao brilla radiante y se muestra
en la plenitud del Ser y en la Conciencia expandida.
Saber adaptarse al Misterio insondable de Tao
es la Realización Suprema de toda Alma.

Cuando las palabras superan al Silencio,
es porque se ha extraviado la profunda noción de Tao.
Entonces se habla más de lo que se calla,
y así es cómo se extingue todo vestigio de Sabiduría.
En este sentido, algunos creen entender la Senda taoísta a la perfección,
pero son incapaces de aplicar este primer principio.
Cuando el movimiento constante ahoga la Quietud,
es porque aun no ha madurado el Tao en su corazón.
Entonces la inquietud deshace toda posible quietud,
y es así cómo se disuelve la vivencia de la Paz Interior.
En este otro sentido, algunos se jactan de entender la filosofía taoísta,
pero son incapaces de aplicar este segundo principio.
Cuando el atiborrase de cosas no deja espacio al Vacío,
el Tao desaparece de su Conciencia inmediata,
y así sólo se multiplica el desencanto y la insatisfacción.
Y en este último sentido, algunos se consideran aprendices del taoísmo,
pero son incapaces de aplicar este tercer principio.
El Silencio, el Vacío y la Quietud,
son los Tres Tesoros primordiales de Tao,
y quien los pone en práctica,
puede ser considerado un espíritu profundamente sabio.
Porque quien reconoce estos Tres Tesoros
por encima de todo esquema moral, religioso, político e incluso alquímico,
penetra el Camino directo al Despertar de la Conciencia
que conduce al logro de la Iluminación.
Algunos afirman que la vida es esto o lo otro,
y están quienes argumentan ideas muy interesantes al respecto,
pero siempre se habla disimulando la ignorancia tras los dogmas memorizados.
También están quienes se basan en la teoría científica
y se escudan tras la aprobación convencional sin dar crédito a otras opiniones.
Por otro lado, también están aquellos que aseveran y se afirman
en su propia creencia más allá de todo ángulo religioso o científico,
sin establecer el margen a la realidad incuestionable
de que nadie tiene la respuesta absoluta
de lo qué es la Vida y la Existencia en su trascendental Esencia.
Pero el taoísmo va todavía mucho más lejos,
porque afirma que en esta Existencia, esencialmente hablando,
nada tiene una respuesta definida.
Por eso, aquellos que dicen tener el verdadero Tao
o que predican el verdadero Taoísmo, son los primeros mentirosos;
puesto que lo verdadero de Tao, es justamente,
que no puede saberse qué es.
De esta manera, formular preguntas esenciales
es perderse la vida esperando la respuesta trascendente.
Pues el Tao no contesta.
No obstante, su elocuente discurso puede escucharse por todos lados
ya que su presencia está en todas partes.
Claro que nada de lo que Tao dice es definible;
por eso sólo pueden oírlo los sensibles iluminados
que son capaces de sintonizar lo indefinido.
Quien busca pruebas acerca de la existencia de Tao,
sólo percibe su manifestación relativa;
en cambio, quien acepta la esencialidad tangencial,
se nutre de su eterna naturaleza imprecisa.
Asimismo, el estado de Conciencia expandida
la cual converge en una dimensión elevada del Despertar,
se vivencia como un sentimiento de gran Plenitud
a causa de la profunda captación de lo Esencial,
también es inexplicable, la que carece de respuesta ante la pregunta
¿qué es el Despertar de la Conciencia expandida?
Sin embargo, todo Caminante Realizador del auto Conocimiento subliminal,
saborea el encanto de este Amanecer y Florecimiento Interior.
La conexión interna con lo Esencial es increíblemente inexplicable,
porque cuanto más se lo intenta, menos se llega ha expresar en su totalidad,
pero sucede, sucede como ninguna otra cosa sucede, y es maravilloso.
Vivir conectado con lo Esencial es muy fácil,
pero pocos lo consiguen diariamente;
pues al no tener una experiencia previa del Despertar, muchos lo descartan
sin darse la oportunidad de vivenciar su mágico significado.
De hecho, el cerrarse y encerrarse es el único impedimento.
Estar en sintonía con lo Esencial
es un estado óptimo de bienaventuranza y paz,
de lucidez espiritual y plenitud psíquica,
de gran vigor vital y de armonía psicológica;
no obstante, es tan sutil y etéreo
que se desvanece con una mínima distracción de Conciencia.
Cuando el sentimiento se posa en cualquier otro lado
que no sea en la centralización enraizada en el núcleo de lo Esencial,
se disipa la armonía y se da lugar a la intranquilidad.
Recuperar la centralización enraizada en el núcleo del Ser Esencial,
requiere tan sólo recordarlo y practicarlo;
ya que, una vez que se recuerda,
debe ponerse en práctica la entrega sin resistencia,
estando alerta para evitar todo auto boicot
con las excusas que se escudan detrás de innumerables demandas inventadas.
Si usted puede estar alerta, sin más que esto,
entonces su Conciencia amanece en la vasta extensión de Tao.
Y es en este estado sublime
donde el ser humano se siente verdaderamente vivo.
Por lo tanto, conectar con la naturaleza y
educir la verdadera Naturaleza Interior,
es el modo de acercarse a la Fuente de la Trascendental Esencia de Tao.

Saborear el Despertar cada día, aunque más no sea un instante,
es parte del ejercicio de la Meditación Taoísta.
Así y todo, aunque haya grandes vivenciadores de este maravilloso estado,
sigue siendo inexplicable e intransmisible,
porque en definitiva estamos refiriéndonos al gran Misterio Divino de Tao,
que se sustenta en una gran incógnita existencial y en un enigma cósmico.
El Camino más directo e inmediato hacia su experimentación,
es acercarse a la Verdadera Naturaleza Esencial y entregarse al Wei Wu Wei,
hacer sin hacer, la realización de la no acción, para entrar en la Nada;
porque cualquier cosa que se haga, en cuanto a ocupar el sentimiento,
por mínimo que sea, disipa la Plenitud y la Dicha esplendorosa
del supremo estado de esencialidad.
Cualquier movimiento mental perturbado, cualquier emoción descarriada,
cualquier acto descentralizado de lo esencial,
hace que la conciencia se encuentre desenraizada,
lo que conlleva a la anulación de la más profunda vivencia de Tao.
Por eso el arte en su conjunto, la filosofía, la disciplina práctica,
son vehículos interconectados con la Meditación Taoísta
que desarrolla el valor de la introspección.
Así, la Introspección en sí misma, es la Senda Taoísta
para acercarse a la misteriosa Esencia Subliminal de Tao.

Trasladar a los asuntos corrientes de la vida diaria
el resultado de este estado interior nacido de la introspección,
es una cuestión de maestría y autodeterminación,
de sabiduría y madurez espiritual.
Ya que el Gran Misterio Divino de Tao
siempre debe estar acompañado de un Gran Secreto,
lo cual implica, básicamente, un gran Silencio.
Porque cuando se aclama el Tao a grandes voces,
pierde autenticidad y su cualidad Esencial.
Por eso, cuando se traslada el Tao a la vida diaria,
lo más sensato es ocultarlo en lo más profundo del Ser que es su corazón
y pasar lo más desapercibido posible.
Porque quien se muestra a sí mismo, destruye lo Esencial.
Y el Tao no puede mostrarse de otra manera que no sea a través de uno mismo.
Es la razón por la que Lao Tse dice:
El Sabio guarda el Tao en lo más profundo del corazón
y se muestra como un pedazo de corteza rústica sin esculpir.
Por eso el taoísta es un caminante práctico
que se replantea permanentemente el valor de comentar
alguna referencia acerca del taoísmo,
y cuanto más, decir algo acerca del Tao.
Porque muchas veces considera que lo más adecuado
es que cada uno eduzca su Misterio por sí mismo.
Quien ha despertado el Tao en su corazón,
no hace pública su comprensión.
Quien verdaderamente ha Despertado, no se engalana con esa Luz;
es decir, no alardea de su vivencia y no trata de convencer a nadie.
Porque quien sabe que todos están inmersos en el Tao, conscientes o no,
y sabe que toda forma finalmente se sintetiza en el Tao,
no se preocupa ni se ocupa de hablar de lo Esencial.
Quien lo hace es porque aun no está muy seguro de lo que siente.
De todas maneras, cuando la Conciencia expandida
alcanza su punto máximo de maduración,
el Tao brota por cada poro de la piel, por cada centro psíquico de energía,
y se trasluce en cada acto y pensamiento,
sin que el ser humano pueda hacer nada al respecto,
es decir, sin que pueda evitarlo de algún modo,
sin que pueda ni ocultarlo ni mostrarlo…
porque el Tao simplemente está y sucede por sí mismo.
Así se desenvuelve la formidable Naturaleza de lo Esencial.

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