“ Cuando la fiesta terminó, todos se pusieron tristes y volvieron a sus casas.
Pero yo con mi tinaja de vino entre las flores, me puse a beber solo.
Nadie estaba conmigo, hasta que alzando mi taza me encontré con la luna, que reproduciendo mi nombre nos hizo tres. ¡Ay que felicidad la mía! Aunque la luna no tiene sed y mi sombra me sigue muy de cerca, son mis buenos amigos.
Cuando canté, la luna cantó conmigo; cuando bailé, bailó mi sombra conmigo. En este momento fuimos como grandes compañeros, luego me embriagué y nos perdimos. Y mientras contemplaba el largo camino del Río de Estrellas, me preguntaba sobre lo supremo...”
Pequeña Fiesta. Poeta taoísta Li Tai Po (701 – 762)
“Después de pescar fondeo mi bote solitario entre las cañas, descorcho una botella nueva de vino y abro un paquete de pescado en conserva.
Desde que me hice pescador en los bancos de Kiang y del Tsé, hace ya más de veinte años, mis manos nunca se han unido en oración.”
“La gloria de la mañana asciende sobre mi cabeza,
palidecen las flores blancas y púrpuras, azules y rojas.
Y yo estoy inquieto.
Allá abajo entre las mustias hierbas algo se ha agitado;
pensé que quizás fue el ruido de sus pasos lo que oí.
Pero el saltamontes chilló.
Subí la colina cuando la luna comenzaba a aparecer,
le vi venir por el camino del Sur.
Mi corazón respira aliviado de su peso.”
Poema chino fechado en el 1121 a.J.C.
Adiós a un amigo
“Con una línea de azules montañas al norte de la pared,
y al este de la ciudad una blanca cueva de agua,
aquí debes dejarme y alejarte.
Como una planta acuática desprendida
bogarás miles de kilómetros ...
Y pensaré en vos, sobre una nube flotante;
así que a la puesta del sol piensa en mí,
... Alzamos nuestras manos en un adiós,
y mi caballo cabecea una y otra vez.”
Li Tai Po
Sobre el Páramo
“En el páramo, dónde apretadamente crecía
la hierva rastrera, doblada por el rocío,
un hombre se aproximó muy cerca de él,
y bajo su frente, amplia y alta
brillaban sus ojos claros e inteligentes.
Fue por accidente que nos encontramos;
y me sentí feliz que se cumplieran mis deseos.
Donde la hierva se arrastra sobre el páramo,
cubiertas por el rocío de la madrugada,
allí encontré al hombre más encantador,
que encima de unos ojos claros e inteligentes
tenía una frente amplia y alta.
El destino quiso que nos encontráramos,
y ambos nos sentimos felices allí.”
“Juntos,
contemplamos las aguas distantes.
Solo,
me siento en un bote solitario.”
Chuang Ku
“ Muevo con suavidad un abanico de blancas plumas.
Sentándome en un bosque verde, con la camisa abierta;
Me quito la gorra y la cuelgo en la
saliente de una piedra,
El viento de los pinos acaricia mi cabeza desnuda. ”
Li Tai Po (701-762)
“Con unos pocos crujidos de los largos remos, parto de la orilla.
Con un breve gotear del reloj de agua,
atravieso ciudades y montañas.”
Wei Yeh
“Ahora que los amigos han encontrado el camino y se han ido,
¡Qué quieto está el sendero!
La bruma sobre la hierba suaviza el horizonte,
el incienso del caldero flota ocioso hacia el cielo.
Pensativo, aliso mi túnica de seda
y, apartándome, lloro el pasado en soledad.”
Li Yü
“Un pétalo de flor no aparece jamás solo
sino formando parte de un árbol florido.”
Fa Tsang
“La rueda de la ley
gira sin pausa.
Después de la lluvia, buen tiempo.
En un abrir y cerrar de ojos
el universo se despoja
de sus vestidos embarrados.
El paisaje se extiende como un brocado maravilloso,
por más de diez mil millas.
Brisas suaves, flores sonrientes.
En los árboles, entre
las hojas brillantes
todos los pájaros cantan al unísono.
Los hombres y los animales se levantan renacidos.
Nada más natural:
Después de la pena viene la alegría.”
Ho Chi Minh
MAREA NOCTURNA
“La oscuridad del crepúsculo
cubre el cansado día.
La luna, las estrellas y los
hombres guardan silencio:
no quieren molestar a la tierra
que se hunde en el sueño.
Sólo la mar, en la noche,
transida de amor
grita y se lanza una y otra vez
contra la roca.
Ella, indiferente, le rechaza.
La mar no descansa,
amor la excita día y noche.
Sabe que sólo con constancia
la roca
abrirá su corazón.”
Yang Zimin (1929)
UNA CARTA DE AMOR
“Quiero escribirte
una carta de amor,
pero ignoro los caracteres.
Pedir que alguien lo haga
podría avergonzarte.
No sé que hacer.
Dibujaré unos círculos
para expresar mis sentimientos.
Mi amante sabrán que dicen:
un solo círculo seré yo,
uno doble serás tú.
Un círculo tras otro,
Describirá mi dolor.”
Dinastía Qing (1644-1911)
El sacerdote budista de Chou tiene una mandolina: baja del Monte de las Cejas hacia el poniente, y hace sonar sus cuerdas en mi honor.
Sus vibrantes notas se parecen al alboroto de un bosquecillo de pinos mecidos por el viento.
Mi corazón se siente purificado como si lo hubiesen lavado las aguas del río.
La dulce melodía se une a los lejanos tañidos de una campana.
Insenciblemente desciende, en torno, el crepúsculo, y los montes se esfuman en la bruma ligera.
Li Tai Po
La Gran Marcha
El Ejército Rojo no se arredró de la Gran Marcha. Diez mil ríos, mil montes no son nada para él. Los Cinco Pies le parecieron las crestas de unas pequeñas olas. El vasto Wu Mong, un terrón de tierra que aplasta con los pies. Blandas las rocas en que se rompía el Río de las Arenas de Oro. Helado el puente de las cadenas de hierro del Río Ta Tou. Pasado el Monte Mien, miles de pies de nieve, el júbilo del Ejército Rojo fue más intenso.
Mao Tse Tung
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