Asimismo, desde el punto de vista de la Alquimia Interior, la mayoría de las diferentes formas simples de enfermedad pasajera, son consideradas como modos de curación o maneras de reestablecer la conciencia perdida, justo al revés de lo que popularmente se entiende.
En otras palabras, desde este punto de vista de la Alquimia Interior, el ser humano a veces ya vive de una manera enfermiza o enfermándose gradualmente aunque no lo note; por eso en este sentido, cuando se presenta lo que mal se considera enfermedad, no es otra cosa que el proceso de curación de la vida desarmónica o desequilibrada que se estaba sosteniendo, mediante lo cual el ser interior reclama un cambio rotundo y radical de ciertas actitudes insanas, antes de que sea demasiado tarde.
De este modo, por ejemplo, para un alquimista, el simple resfriado no es una enfermedad, sino antes bien, una forma de curación, es decir, una manera de liberar las partículas impuras o iones positivos a través de la mucosa y otros fluidos, siendo ésta una forma óptima de limpieza y depuración interna de la energía estancada y contaminada.Caso contrario, la acumulación excesiva de estos iones positivos podría desencadenar enfermedades más graves y hasta terminales
Sin embargo, al vivir de un modo más armonioso y al ejercitarse en las actividades psicofísicas taoístas que involucran la práctica de la respiración, las formas de curación que emplea la naturaleza como el resfrío, ya no serían requeridas tan seguido. Exactamente, ciertos tipos de Respiraciones taoístas de la Alquimia conocidas como “Compresión y Descompresión”, “Pre Natal”, y “Fuelle”, ayudan a prevenir y neutralizar un sinnúmero de malestares y enfermedades.
Fundamentalmente, por este motivo de suma delicadeza, resumido en la “Transmutación”, aquella Alquimia, oscura, simbólica, llena de claves, no dejaba entenderse por quienes eran neófitos en el desdoblamiento energético.
Porque aquella Alquimia era, antes bien, considerada por los iniciados como un arte avanzado, una ciencia mística, razón por la cual se la mantuvo oculta a fin de evitar interpretaciones distorsionadas que perjudicaran en vez de beneficiar.
De esta manera, por un lado, se pudo ¨proteger¨ a los audaces improvisados que anhelaban transmutar como fuera y lo que sea;protegerlos de sí mismos claro está, es decir, protegerlos de todo derroche y desgaste energético perjudicial para su salud.
Pero, al mismo tiempo, por otro lado se pudo llegar hasta los verdaderos y sinceros practicantes con un mensaje puro y sin mancillar. Aunque para ello, tuviera que mantenerse a la Alquimia totalmente velada mediante el simbolismo de figuras y conceptos metafóricos.
Este es uno de los factores que hace que los pocos libros de Alquimia que circulan en la actualidad por el mundo entero, presenten una maraña de palabras indescifrables por la mayoría de las personas que intentan asimilarlas literalmente de manera racional;ya que estas palabras sólo pueden ser entendidas por quienes hayan tenido profunda experiencia en la alquímica transformación interior mediante la guía de aquellos que hayan avanzado sin ninguna especulación por este camino práctico.
No obstante, muchos de los principios pertinentes han escapado del oscurantismo, y en una suerte de manoseo quimérico decadente, se han esgrimido innumerables fantasías sobre néctares de la inmortalidad o elixires para alargar la vida, ya sea en cuanto a la fabricación de oro, a la invisibilidad del cuerpo físico, a la flotación espacial del cuerpo denso, y a los viajes intergalácticos motivados por las visitas de extraterrestres. Y aunque estas proclividades no son gratuitas, ya que corresponden exactamente al resultado simbólico de realidades metafísicas, de todas maneras, la deformación discursiva sin fundamentos de los conceptos velados, ha conducido a la Alquimia Interior a ubicarse entre las ciencias ancestrales en vías de extinción.
Afortunadamente, estos indicios suelen abrir los ojos del verdadero buscador, a fin de reconocer al mero orador superfluo del auténtico practicante de las Verdades Metafísicas.Y de esta manera poder distinguir y discernir el auténtico Saber del falso conocimiento informativo.
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