Por todo esto, dentro del Gran Plan del universo, la Alquimia Interior consiste en una adaptación constante al Orden Inteligente de la Existencia, llevado a cabo en el mismo seno de los átomos donde se produce la fusión radioactiva. Porque la Alquimia interior es la Fuente en la que el alma impulsa su propia metamorfosis para educir el prístino tesoro del sentimiento amoroso y de la conciencia expansiva más elevada, que palpita en la suprema dimensión del silencio y de la quietud del ultra vacío que educe la Esencia de la vasta Existencia manifiesta.
Y desde el pasado, la Alquimia Interior viene siendo considerada un cofre secreto, que guarda el ensanchamiento de los misteriosos pasajes de la bioenergía dentro del cuerpo, para sensibilizar los portales psíquicos y habilitar los puentes conducentes al estadio que se encuentra más allá de los límites del plano físico, para liberar la Verdadera Naturaleza aprisionada dentro de los límites de la ignorancia.
A través de este camino introspectivo, sumamente meditativo, que provoca el aumento del flujo bioeléctrico y el refuerzo de la vitalidad o biomagnetismo, pero sobre todo, que incurre en el subproducto final de esta combinación que se traduce en una alta y fina tasa vibratoria de Conciencia, se pone de manifiesto el despertar espiritual para iluminar todos los niveles del Ser.
Porque la antigua Alquimia Interior es una ciencia no sólo aplicada a la terapéutica, sino que además, la misma está orientada principalmente a la expansión de la pulsación mental más allá del órgano de la mente.
Digamos que, generalmente, la Alquimia no se aplica como terapia o curación (sanación), ya que dentro de la Medicina esotérica existen numerosas técnicas más simples para contrarrestar cada patología en particular.
Como por ejemplo, el amplísimo conocimiento natural de la Medicina Tradicional China expresada en la Ciencia del Ch´i Kung (o Arte de la Energía) fundamentado en la Teoría del Yin Yang (Negativo - Positivo), expresada en las Cinco Actividades (Wu Hsin) o 5 Elementos, en los Doce Meridianos Principales (correspondiendo al Cuerpo Etérico) y en los 8 Vasos Maravillosos (correspondiendo al Cuerpo Astral), estás ciencia sí recurren a distintas formas de sanación pero la Alquimia no.La Alquimia da un paso más allá.
Por eso es que a través de esta Metodología Pedagógica se ofrece la oportunidad de iniciar el Estudio de las Artes Chinas ya sea desde el Primer Ciclo o desde el Cuarto, puesto que el primero sí es tomado como un recurso terapéutico, mientras que el segundo, no.
Otras técnicas como el T´ai Chi Chuan (Gimnasia Armonizadora), el Nei Kung (Práctica Interna), Tao Kung (Ciencia Taoísta) o Chan´na Tao (Meditación), son aplicadas efectivamente para problemas de circulación sanguínea, hipertensión, insomnio, neurastenia, artrosis, obesidad, diabetes, y otros numerosos males, orgánicos, energéticos o psicológicos, que aquejan a los seres humanos sedentarios; por eso la Alquimia (Tao Ch´i o Camino de la energía), no se aplica tanto en este sentido. Sin embargo, su terapéutica subliminal e indirecta, actúa en un nivel más profundo, justamente en donde se origina toda enfermedad, es decir, en el ámbito de las formaciones psicosomáticas. Por eso muchas veces se dice que los Alquimistas más que ser curadores del cuerpo, son sanadores del Alma.
Si hubiera que clasificar la terapia alquímica, entonces habría que establecerla en el orden espiritual como medicina divina o sanación espiritual.
De hecho, quienes se autorrealizan en el plano de la Alquimia Interior logran sobreponerse o trascender muchas enfermedades, ya sean físicas, energéticas, psíquicas y espirituales, e incluso, logran abordar un estadio de tal equilibrio y armonía energética que difícilmente padezcan algún tipo de enfermedad severa o terminal. Hasta el punto de que la mayoría de los alquimistas pueden determinar conscientemente la hora de su muerte, que se produce a total voluntad.
Sin embargo, también es cierto que grandes alquimistas del pasado, cuando trascendieron la frontera de la lógica establecida para la mayoría de los mortales y se desvincularon del cuerpo físico, dejaron que este se deteriore inexorablemente.
Así y todo, desde el punto de vista médico, al tratar estos asuntos psíquicos tan delicados, el alquimista debe cuidarse de no interferir ni alterar los efectos causales correspondientes al proceder inconsciente de las personas, puesto que en un nivel de suma profundidad, la naturaleza de toda enfermedad impulsa un movimiento de cambio y transformación consciente a partir de un nuevo proceder.
De hecho, el médico alquimista encara la terapia en esta dirección, sin interferir, antes bien, induciendo subliminalmente con el fin de que la persona desbalanceada esclarezca las causas que derivaron en tal desequilibrio, y no apasionarse sobre los efectos.
Por eso, más que curar las consecuencias desarmónicas que acarrean las actitudes inadecuadas, la Alquimia Interior es un vehículo para corregir las raíces mismas que provocan tales desequilibrios.
Porque el sólo hecho de ahondar una nueva actitud ante la vida y una nueva visión, más armónica y equilibrada, más natural, basada en una nueva percepción y sentimiento, genera una transformación alquímica radical capaz de volver saludables todos los centros psíquicos del sistema bioenergético que irradia el Ser.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario